Ante el riesgo latente de un tsunami en zonas costeras de México, Protección Civil, la Secretaría de Marina (Semar) y el Cenapred recomiendan una serie de acciones preventivas, reactivas y de recuperación para salvaguardar la vida. Aquí te explicamos qué hacer antes, durante y después de este fenómeno natural.

Antes del tsunami: preparación es clave
Las autoridades sugieren elaborar un plan familiar o comunitario de protección civil que incluya rutas de evacuación, puntos de reunión seguros y responsabilidades asignadas. Es fundamental ubicar si tu domicilio o zona de trabajo se encuentra dentro de una franja de riesgo y, en su caso, planificar vías de salida hacia zonas elevadas.
También es indispensable contar con una mochila de emergencia con agua, alimentos no perecederos, radio portátil con pilas, documentos importantes, botiquín de primeros auxilios, lámpara y cargadores. Se recomienda participar en simulacros y mantener comunicación constante con las autoridades locales.
Durante el tsunami: actuar rápido puede salvar vidas
Si estás en una zona costera y percibes un sismo fuerte o prolongado, no esperes una alerta oficial: evacúa de inmediato hacia zonas altas. Señales como el retiro repentino del mar o un ruido ensordecedor proveniente del océano son advertencias naturales claras de un posible tsunami.

Sigue las rutas oficiales de evacuación, no pierdas tiempo recogiendo pertenencias y prioriza el desplazamiento a pie para evitar congestionamientos. En caso de no poder alejarte, refúgiate en los pisos superiores de un edificio firme que no haya sufrido daños por el sismo.
Después del tsunami: espera la autorización oficial
Una vez pasada la ola, no regreses a las zonas afectadas hasta que las autoridades indiquen que es seguro. Recuerda que los tsunamis pueden generar varias olas con minutos u horas de diferencia. Mantente informado a través de fuentes oficiales y evita consumir alimentos o agua que hayan estado expuestos al mar.
No ingreses a edificios dañados y reporta a personas heridas o atrapadas. Apoya únicamente si no se compromete tu integridad. Además, se sugiere evitar el uso de fuego o electricidad hasta confirmar que no hay fugas de gas ni riesgos adicionales.
