Guillermo Ochoa volvió a vivir una pesadilla en Chipre. En el Alphamega Stadium de Limassol, el AEL Limassol recibió al Akritas Chlorakas por la quinta jornada de la Primera División chipriota. El ambiente prometía una dura prueba para el conjunto local, que buscaba sumar en casa.
Desde los primeros instantes, Akritas planteó un bloque compacto atrás y buscó contragolpes. Limassol ejerció presión y dominó la posesión, pero careció de claridad en los metros finales. La defensa visitante se mostró ordenada y supo resistir los embates locales.

Segunda mitad de tragedia
El marcador se abrió en el minuto 66: Andreas Athanasiou recibió dentro del área, se acomodó y definió con frialdad para adelantar a los visitantes. Ese tanto obligó al AEL a redoblar esfuerzos y adelantar líneas en busca del empate.
Diez minutos después, en el 76, Athanasiou volvió a aparecer. Esta vez remató un centro preciso y firmó el segundo tanto del encuentro, ampliando la ventaja para Akritas y dejando al Limassol contra las cuerdas.

Las reacciones de Guillermo Ochoa
El AEL intentó reaccionar con cambios ofensivos, empujando líneas y generando presión, pero Akritas supo replegarse y controlar los espacios. Los intentos del local se toparon una y otra vez con la solidez de la defensa visitante.
En la portería, Guillermo Ochoa vivió un partido exigente. En el primer gol no tuvo responsabilidad directa, y en el segundo, pese a estirarse con reflejos, no logró evitar la definición de Athanasiou. El guardameta mexicano mantuvo comunicación constante con su defensa, aunque poco pudo hacer ante los desajustes colectivos.

Los últimos minutos fueron un asedio sin éxito del AEL, con centros al área y disparos bloqueados. El tiempo jugó en contra y el pitazo final confirmó la derrota en casa.
El resultado dejó al AEL Limassol con dudas en su funcionamiento defensivo y con la urgencia de reaccionar en próximas jornadas. Para Akritas, en cambio, la victoria significó un impulso anímico importante, mientras que Ochoa se quedó con la amargura de otra noche donde sus esfuerzos no alcanzaron.





