La República Democrática del Congo comenzó su camino en la Copa Africana de Naciones 2025 con una victoria tan ajustada como valiosa. En un torneo donde los detalles suelen marcar la diferencia, los Leopardos demostraron que saben competir incluso cuando el protagonismo con el balón no les pertenece.
El debut ante Benín, disputado en el Estadio Al Barid de Rabat, dejó claro que el equipo dirigido por Sébastien Desabre apuesta por la efectividad y el orden táctico. Sin necesidad de dominar la posesión, la selección congoleña supo golpear temprano y administrar la ventaja con inteligencia y sacrificio defensivo.
Este triunfo no solo representa tres puntos fundamentales en el Grupo D, sino que también refuerza la confianza de una selección que llega con credenciales importantes, luego de una destacada actuación reciente en las eliminatorias mundialistas y con la ambición de volver a ser protagonista en el continente africano.

Bongonda marca la diferencia en un duelo cerrado
El único gol del partido llegó apenas al minuto 16 y fue suficiente para inclinar la balanza. Theo Bongonda apareció en el momento justo para culminar una jugada bien construida por la banda izquierda, tras un centro preciso de Arthur Masuaku, defensor del Sunderland, que encontró mal parada a la zaga rival.
A partir de ese instante, los Leopardos optaron por un planteamiento más conservador. El equipo se replegó, cerró espacios y priorizó el orden defensivo, consciente de que Benín buscaría reaccionar con mayor control del balón y presión constante en campo rival.
Aunque el conjunto congoleño renunció en varios tramos a la posesión, nunca perdió la compostura. La solidez en defensa y la correcta lectura del partido fueron claves para sostener la ventaja hasta el silbatazo final.

Los Chitas dominaron la posesión, pero no el marcador
Benín, dirigido por el experimentado Gernot Rohr, mostró una propuesta más ambiciosa en términos de control del balón. En varios pasajes del encuentro, los Chitas superaron el 60 por ciento de posesión, intentando desgastar a su rival con circulación constante y ataques por las bandas.
Sin embargo, esa superioridad territorial no se tradujo en ocasiones claras de gol. La falta de contundencia en el último tercio y la buena organización defensiva de la RDC impidieron que el portero congoleño fuera exigido con remates realmente peligrosos.
El regreso de Benín a una fase final de la AFCON, tras su ausencia desde 2019, dejó sensaciones mixtas: buenas intenciones y control del juego, pero poca profundidad ofensiva en un partido donde la eficacia fue determinante.




