El camino de un boxeador suele ser más duro de lo que parece. Muchos deben sostener un trabajo primario hasta que llegan a las grandes carteleras, donde su esfuerzo comienza a valorarse económicamente. Así, detrás de oficios cotidianos puede ocultarse un futuro campeón mundial, como ocurre con Cristian Santos.

A sus 27 años, Santos tiene en puerta otra pelea estelar: el próximo 26 de septiembre se medirá a Daniel Hernández en un duelo pactado a ocho asaltos en la división de peso gallo. Será la estelar de Boxeo Supremo, función organizada por Ringmasters Promotions en el Centro Cívico Melchor Múzquiz. Sin embargo, la oportunidad no lo aleja de su rutina diaria.
Como muchos mexicanos, Cristian libra batallas desde temprano. Cada día se levanta a las cuatro de la mañana para correr antes de comenzar a trabajar a las 7:00 am en su puesto de verduras y legumbres cerca de La Merced. Lo surte, acomoda, y luego corre al gimnasio a entrenar. Tras el desgaste del sparring y la preparación física, regresa al puesto para vender, recoger y finalmente descansar. Una vida agotadora, pero necesaria para perseguir sus sueños.

Su historia en el boxeo comenzó a los 15 años, cuando su padre lo llevó al gimnasio para enderezar el camino de un “niño problema”. Tras debutar en el amateur con un nocaut, nació la pasión que hoy lo sostiene. No ha sido fácil: malas decisiones lo alejaron de su mejor nivel, pero Santos volvió con su antiguo entrenador y está convencido de que aún puede alcanzar su objetivo mayor: un título mundial.
Boxeo Supremo presentará una cartelera con 14 combates amateur y siete profesionales. La función comenzará a las 19:00 horas, con boletos en 200 pesos para niños, 300 general y 500 ringside.





