El asesinato de Ximena Guzmán y José Muñoz, colaboradores cercanos de Clara Brugada, sigue dejando más preguntas que respuestas. Autoridades capitalinas confirmaron que ambos fueron vigilados durante al menos 20 días antes de ser acribillados el pasado 20 de mayo en la colonia Moderna, sobre Calzada de Tlalpan.
Según la fiscal general de Justicia de la CDMX, Bertha Alcalde Luján, aunque ya fueron detenidas 13 personas relacionadas con el caso, el tirador que ejecutó el doble homicidio aún no ha sido capturado. "Los avances de la investigación han girado en contra de los operadores materiales, no obstante, la investigación continúa para dar con quien disparó el arma y los autores intelectuales”, dijo.

Sin amenazas, pero con seguimiento previo
Tanto el secretario de Seguridad Ciudadana, Pablo Vázquez, como la titular de la FGJCDMX negaron que Ximena o José hayan recibido amenazas previas: “No tenemos antecedente al respecto”, aseguró Vázquez, y la fiscal reiteró: “No hay registro de que los funcionarios hayan recibido amenazas previas”.
Sin embargo, sí hay evidencia de que fueron seguidos. “Las vigilancias duraron por lo menos 20 días, esto habla de una operación planeada”, indicó Alcalde Luján.

Una ejecución planeada desde el 14 de mayo
La fiscal señaló que la agresión pudo haberse llevado a cabo desde el 14 de mayo, pero no ocurrió ese día porque Ximena no recogió a su compañero. “Se identificaron recorridos de seguimiento a los compañeros en distintos momentos hasta el mes de mayo, lo que refuerza la hipótesis de que la agresión fue producto de una planeación anticipada y sostenida en el tiempo”, agregó.
En conferencia, las autoridades informaron que durante la madrugada del miércoles se realizaron 11 cateos en inmuebles de la Ciudad y del Estado de México. De estos operativos resultaron 13 personas detenidas; seis de ellas ya contaban con órdenes de aprehensión por homicidio y asociación delictuosa.
Los domicilios intervenidos están vinculados no sólo al crimen contra los asesores de Brugada, sino también a delitos como el tráfico de drogas y robo de vehículos. Aunque el móvil del crimen aún no se revela, el propio secretario Vázquez dejó abierta una línea de investigación: “No descartamos hipótesis relativas a la función que desempeñaban nuestros compañeros”.





