La furia de Tláloc se desató sobre la capital. La Ciudad de México vivió este 2 de septiembre la tormenta más intensa registrada en más de siete décadas, con una precipitación que superó los 34 millones de metros cúbicos de agua, algo que no se había visto desde hace 73 años.
El pronóstico ya lo había advertido. “Las lluvias de septiembre serán peores”, dijo Clara Brugada hace unas semanas, y no se equivocó. Apenas iniciando el mes, la Jefa de Gobierno confirmó que se rompió por segunda ocasión un récord histórico, que ya había sido superado este mismo año en agosto.
Según la Secretaría de Gestión Integral del Agua (SEGIAGUA), la lluvia comenzó desde las 2:30 de la madrugada y no paró durante más de 24 horas, intensificándose por la tarde y noche, generando “la mancha púrpura más grande de toda la temporada”, en palabras de su titular, José Mario Esparza.

Afectaciones en media ciudad
La intensidad de la tormenta dejó 171 encharcamientos, dos inundaciones severas, la caída de 51 árboles y tres postes. Además, hubo afectaciones en al menos 602 viviendas ubicadas en alcaldías como Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, Iztacalco, Iztapalapa y Coyoacán.
Aunque ya se presentó un reporte preliminar, Brugada aseguró que se realiza un censo casa por casa para actualizar las cifras y entregar apoyos directos. “Nadie se quedará sin respaldo; nuestra obligación es atender a cada familia y a cada colonia que enfrentó afectaciones”, enfatizó.

Lluvia de récord
Si el aguacero del 10 de agosto ya había sorprendido con 24 millones de metros cúbicos de agua, el del martes pasado lo superó en 10 millones, además de tener una área de impacto cinco veces más grande.
“Es un fenómeno extraordinario en la Ciudad de México”, declaró José Mario Esparza. Añadió que el Plan Tlaloque Reforzado fue clave para contener la emergencia: 40 equipos hidroneumáticos y unidades de bombeo lograron reducir los niveles en zonas críticas en menos de seis horas. “En episodios anteriores estos procesos tardaban más de un día y ayer se logró en cuestión de horas”, explicó.
Las lluvias también ayudaron a rellenar las presas del Sistema Cutzamala, que no tenían este nivel de agua desde hace al menos cinco años.





