Taruk, el primer autobús eléctrico 100% mexicano, está a punto de convertirse en el próximo orgullo nacional… y quizá en el nuevo transporte urbano de Estados Unidos. El vehículo, fabricado por la empresa Megaflux en colaboración con DINA, ya atrajo la mirada del gobierno norteamericano, que analiza la compra de hasta 20 mil unidades.
Según confirmó Marcelo Ebrard, secretario de Economía, las autoridades de EE. UU. quieren adquirir entre 10 mil y 20 mil Taruk en los próximos dos años, como parte de su estrategia para dejar de depender tecnológicamente de Asia. Lo quieren, pero hay un pequeño problema: México solo produce 2 mil al año.

¿Y qué tiene de especial el Taruk?
Este autobús no solo es bonito y eléctrico. Está diseñado con motores mexicanos, cuenta con 75% de contenido nacional (cumpliendo con el T-MEC), y tiene tecnología que monitorea rutas, ocupación, seguridad y hasta permite transmitir video en tiempo real. Básicamente, es un vehículo inteligente sobre ruedas.
Además, el Gobierno de Puebla ya pidió sus primeras 20 unidades para mejorar la conectividad turística del estado. O sea, no solo es bueno para exportar, también sirve para el transporte nacional.

¿México se convertirá en potencia eléctrica?
Eso es justo lo que busca el gobierno. Desde 2021, el país ha impulsado la electromovilidad como una forma de lograr soberanía tecnológica y atraer inversión extranjera. Y vaya que está funcionando: en 2025, se espera que México reciba más de 45 mil millones de dólares en inversión directa, especialmente en industrias como la movilidad eléctrica y la inteligencia artificial.
La fábrica de Taruk ya planea triplicar su producción para no quedarse fuera de esta oportunidad histórica. Porque si Estados Unidos compra miles de autobuses mexicanos, no sería solo un gol de media cancha… sería un cambio de juego completo para la industria nacional.





