Lorena ya no es huracán, ni tormenta tropical. Ahora es un ciclón post-tropical que se mantiene estacionario en el Pacífico, pero eso no significa que haya dejado de causar problemas. Aunque el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) informó que su trayectoria giró hacia el noroeste —lo que evitará su impacto directo en México—, sus efectos ya se sienten con fuerza.
Las lluvias torrenciales y los fuertes vientos han causado deslaves, encharcamientos, cortes de energía, vehículos varados y hasta el desbordamiento de presas. Tan solo en Baja California Sur se reportaron 161 personas en albergues en Los Cabos, 89 en Mulegé y tres en Loreto. En Sonora y Chihuahua también se habilitaron refugios y se implementaron operativos de emergencia para proteger a quienes viven en zonas vulnerables.

Deslaves, cortes y rescates en el norte del país
En Los Cabos, hubo un deslizamiento de tierra en el kilómetro 28.5 de la carretera transpeninsular, mientras que en La Paz se rescató a cinco personas atrapadas en autos tras otro deslave. “Se incrementaron los niveles de los arroyos San José Viejo, El Limón y Seco”, informó Protección Civil.
En Chihuahua, el desbordamiento de la presa Las Lajas provocó un deslave que afectó la carretera Flores Magón–Casas Grandes. El agua superó la vía por más de 30 metros, lo que obligó al cierre parcial y dejó filas kilométricas de camiones, autobuses y coches.

Lluvias y viento siguen; el oleaje no da tregua
Aunque Lorena se debilitó, sus vientos siguen siendo peligrosos. A las 03:00 horas de hoy, el SMN informó que el sistema permanecía estacionario a 275 kilómetros al oeste de Cabo San Lázaro y a 285 km al sur-suroeste de Punta Abreojos, con vientos sostenidos de 55 km/h y rachas de hasta 75 km/h.
También se prevén lluvias torrenciales en Baja California Sur, intensas en el sur de Baja California y en Sonora, y muy fuertes en Sinaloa y Durango. Además, se esperan rachas de viento de hasta 70 km/h y oleaje de 3.5 a 4.5 metros en la costa occidental de Baja California Sur.





