La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) acaba de dar luz verde al cabotegravir, un medicamento inyectable de acción prolongada que promete convertirse en el mejor aliado para evitar nuevas infecciones de VIH. Suena a ciencia ficción, pero no: con solo seis inyecciones al año, este tratamiento podría transformar por completo la forma en la que se hace prevención en el país.
La aprobación se da en línea con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que apuesta por tratamientos de larga duración para mejorar la adherencia, reducir contagios y proteger especialmente a poblaciones en situación de vulnerabilidad.

¿Y qué tiene de especial el cabotegravir?
A diferencia de la profilaxis preexposición (PrEP) oral, que requiere tomar una pastilla diaria todo el año, este nuevo medicamento solo se aplica una vez cada dos meses. El cabotegravir actúa bloqueando la enzima integrasa del VIH, evitando que el virus se replique en el cuerpo tras una exposición.
Y no es solo promesa: los resultados en estudios internacionales lo respaldan:
- HPTN 083: reducción del 70 % en el riesgo de infección en hombres cisgénero, HSH y mujeres trans.
- HPTN 084: reducción del 90 % en mujeres cisgénero en África subsahariana.
Menos dosis, más eficacia
Este nuevo tratamiento tiene todo para ser un parteaguas:
- Mayor adherencia: seis piquetes al año, sin pastillas.
- Más eficacia que la PrEP oral.
- Menos estigma: sin necesidad de tomar medicamentos a diario frente a otras personas.

México, con 14 mil razones para actuar
Según ONUSIDA, cada año se registran alrededor de 14 mil nuevas infecciones de VIH en el país. Aunque la PrEP oral ya existe, su acceso aún es limitado. La llegada del cabotegravir podría marcar la diferencia, especialmente para jóvenes, mujeres trans y comunidades alejadas del sistema de salud.
El reto ahora será definir el precio, asegurar su distribución y establecer protocolos claros. Porque aunque este medicamento representa un gran avance, los especialistas recuerdan que la prevención no debe descansar en una sola herramienta: el uso del condón, las pruebas regulares y la educación sexual siguen siendo fundamentales.
Con esta medida, México se une a un grupo de países que ya entienden que la ciencia salva vidas. Y hoy, más que nunca, la innovación se convierte en esperanza.





