El Sunday Night Football en Highmark Stadium dejó mucho más que un cierre de locura entre los Buffalo Bills y los Baltimore Ravens. Durante el tercer cuarto, un incidente en las gradas derivó en la expulsión inmediata de un aficionado local, luego de agredir a Lamar Jackson tras una anotación de los visitantes.

El momento se produjo después de que Jackson conectara un pase de touchdown de 29 yardas con DeAndre Hopkins, poniendo el marcador 34-19 a favor de los Ravens. Mientras los dos jugadores celebraban cerca de la tribuna, un fanático de los Bills alcanzó a Hopkins para golpear su casco y, acto seguido, lanzó un manotazo al casco del propio Jackson. El mariscal respondió empujando al agresor con ambas manos en el pecho, antes de que la seguridad interviniera.
Los Buffalo Bills confirmaron más tarde que el aficionado fue retirado del estadio y se le prohibió continuar en el partido.
Tras el encuentro, Jackson reconoció que perdió la calma:
“Olvidé un poco dónde estaba. Hay que dejar que la seguridad se encargue, pero dejé que mis emociones me ganaran. Ojalá no vuelva a pasar”, dijo.

Pese al altercado, el quarterback dejó claro que no piensa cambiar su forma de celebrar:
“Jamás he visto a nuestros aficionados hacer eso. Probablemente lo vuelva a hacer cuando anotemos, no es nada contra los fans. Solo estoy celebrando con mis compañeros”, mencionó Lamar.
El altercado con Jackson no opacó el espectáculo deportivo, pero sí dejó un mensaje claro: en Highmark Stadium no habrá tolerancia hacia los aficionados que crucen la línea.





