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Opinión

Luis García

El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.

Alfredo Talavera: faraónico

2020-10-06 | LUIS GARCÍA
LUIS GARCÍA
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Antes de hablar de tu sublime momento de forma y tu perfecta resolución de cambiar de latitud, reiteró mi admiración para los que ejercen la demarcación de portero. Se saben diferentes, les gusta ser diferentes, disfrutan ser diferentes. Son personajes extraños, locos, que van a contracorriente, unos más que otros, por supuesto, pero en su mayoría son personas fascinantes, porque no resulta fácil leerlas, es más, me atrevo a decir que en ocasiones ni ellos se entienden.

Dicho lo anterior, paso a analizar tu andar, Alfredo. Cuando parecía estabas cerca de la puerta de salida de tu profesión, diste un radical vuelco a tu estatus. En Toluca lucías apagado, emproblemado, cometías errores nada típicos de tu grandeza, daba la impresión que traías una pesada roca en la espalda -como si fueras el 'Pípila'- que te impedía moverte, tus expresiones eran opacas, te percibías disminuido.

Y de pronto en un inesperado movimiento recalaste en los Pumas, organización que venía pidiendo a gritos un hombre con jerarquía para cubrir sus tres postes. La Universidad Nacional llevaba largos periodos penando por la falta de un cancerbero que les proveyera de garantías. Si de por sí habían extraviado el rumbo y su esencia, los múltiples errores en la portería agravaban su transitar.

Apareciste tú, y todos los males parecieron resueltos. Se le atribuye gran parte del actual éxito a su entrenador sustituto, Andrés Lillini, que sin duda tiene cierto grado de responsabilidad, pero si alguien tiene culpa del sorpresivo concurso universitario eres tú. Volviste a ser ese futbolista salvador.

Para mí los arqueros se dividen en los que atajan lo esperado, y quienes detienen lo inverosímil, tú perteneces al segundo grupo, tú ganas partidos, cosa que has hecho con los Pumas. En no menos de cuatro o cinco duelos, debido a tus excelsos lances, los tuyos llegaron a buen puerto.

A tus fantásticas actuaciones le agregaste lo de usar una vestimenta en honor al mejor portero de la historia de nuestro país, Jorge Campos; no sé si fue idea tuya, o de la marca deportiva que los patrocina, lo cierto es que fue un acierto que decidieras usar los colores en tu uniforme que nos hacen remembrar al ídolo del Plan de los Amates.

Siempre he creído que los grandes futbolistas lo son dentro y fuera de la cancha, y tú lo eres en esas dos grandes arenas. Cuando todo era oscuro gestaste tu salida de Toluca y tu llegada a CU.

Los deportistas están obligados a tomar las riendas de su profesión también en los despachos, esos sitios en ocasiones inmundos, pero que no se pueden obviar. Es más que evidente que tu jerarquía en este deporte te permitió negociar tu migración, y con ese sencillo, y a la vez complejo cambio, has alargado tu carrera de forma significativa.

Estás renovado, rejuvenecido, tanto es así, que si no pasa nada raro debes ser tú quien ataje ante Holanda el próximo miércoles, un duelo de tan notable envergadura, y en el cual los nacionales van a sufrir. Se necesita en una estratégica trinchera a un hombre a carta cabal, y con la presencia para soportar un probable vendaval holandés, y ese sin duda eres tú.

Y hablando de Selección Nacional podríamos tener una equívoca impresión de tus números y tu importancia. Desde el 2011 has sido parte de tan noble cofradía. Has estado en dos Copas del Mundo, 2014 y 2018, en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, en un par de Copas Confederaciones, un par de Copas América, y fuiste titular en aquella Copa de Oro del 2011, en la que se rompió la paternidad que tenían los Estados Unidos sobre ustedes.

Tal vez lo que vendría a dar un perfecto colofón a tu enorme carrera sería jugar mínimo un partido de titular en la Copa del Mundo de Qatar 2022. Si bien tienes 38 años, y faltan dos años, ya que se jugará en diciembre del 2022, en este momento estás para competir sin ningún problema por el puesto de 1 en la Selección Nacional.

Ya veremos qué sucede al final, pero mientras disfrutaremos tu renovación, tu resurgimiento, tu nueva vida, tu majestuoso estado de forma, así como tu inteligencia para darte cuenta que necesitabas un cambio de club para seguir siendo ese incólume portero, que siempre has sido.

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