La lucha por una muerte digna volvió al centro del debate nacional con la propuesta de la activista chihuahuense Samara Martínez, quien el pasado 28 de octubre presentó en el Senado de la República la iniciativa ciudadana “Ley Trasciende”, que busca legalizar la eutanasia en México.
Durante la conferencia “Legislación hacia una muerte digna”, Martínez relató su experiencia como paciente con enfermedades crónico-degenerativas y explicó que su objetivo no es promover la muerte, sino permitir que quienes viven con dolor irreversible puedan decidir sobre su final.
“No se trata de promover la muerte, sino de dignificar la vida hasta el último momento. Se trata de dar libertad y paz a quienes enfrentamos enfermedades que ya no tienen retorno”, afirmó con firmeza.
La propuesta contempla protocolos médicos, comités éticos y acompañamiento psicológico para garantizar el respeto a la voluntad de los pacientes. Además, busca despenalizar el acto médico compasivo, que actualmente es tipificado como “homicidio por piedad” en el artículo 166 Bis 21 de la Ley General de Salud.
¿Qué propone la Ley Trasciende?
La Ley Trasciende reconoce dos modalidades de ayuda médica para morir:
- Eutanasia activa: cuando un profesional de salud aplica una sustancia letal a solicitud del paciente.
- Suicidio asistido: cuando el médico entrega el medicamento para que el propio paciente lo administre.
Ambas prácticas están prohibidas en México, aunque la Ley de Voluntad Anticipada —vigente en 14 estados— permite a los pacientes terminales rechazar tratamientos que prolonguen artificialmente la vida.
¿Qué pasa en otros países?
En naciones como Países Bajos, Bélgica, Suiza, Luxemburgo y Colombia, la eutanasia y el suicidio asistido están legalizados bajo criterios estrictos:
- Diagnóstico de enfermedad terminal
- Consentimiento libre y reiterado
- Evaluación de un segundo médico
- Documentación detallada
Martínez asegura que México está listo para transitar hacia un modelo que reconozca la compasión como un derecho.
“La Ley Trasciende no busca acelerar la muerte, sino acompañar la vida hasta el final, con respeto, amor y decisión propia”, concluyó.
¿Y el Congreso?
Aunque ha habido iniciativas para modificar la Ley General de Salud, como la presentada en 2023 para derogar el artículo 166 Bis 21, ninguna ha prosperado. Mientras tanto, organizaciones civiles y expertos en bioética insisten en que se deben respetar la autonomía y dignidad del paciente.
La iniciativa de Samara Martínez podría ser el primer paso para abrir la discusión en comisiones y llevar el tema hasta el pleno legislativo. Por ahora, el país observa y debate.
