La variante NB.1.8.1, mejor conocida como Nimbus, ha comenzado a ganar presencia en distintas regiones del mundo, especialmente en Europa, Asia y América del Norte. Datos recientes indican que ya representa entre el 10 % y 11 % de las muestras secuenciadas a nivel global, lo que ha motivado su clasificación como “variante bajo monitoreo” por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS). A pesar de su expansión, la OMS mantiene el nivel de riesgo como bajo.
Uno de los aspectos que más ha llamado la atención de especialistas es la intensidad del dolor de garganta que presenta una proporción considerable de personas infectadas con esta variante. Algunos pacientes lo describen como una sensación similar a “tragar cuchillas” o tener la “garganta en fuego”. Este malestar, si bien no exclusivo de Nimbus, ha sido reportado con mayor frecuencia y severidad.
Otros síntomas reportados incluyen fiebre, congestión nasal, tos, fatiga, escalofríos, dolores musculares y, en menor medida, náuseas o diarrea. A pesar de la facilidad con la que se transmite, no se ha detectado un incremento en hospitalizaciones ni en la mortalidad vinculada con esta cepa.
Las vacunas actuales continúan siendo eficaces para prevenir formas graves de la enfermedad, y tratamientos antivirales como Paxlovid mantienen su efectividad. Autoridades sanitarias insisten en la importancia de completar esquemas de vacunación, especialmente en personas con comorbilidades o mayores de 60 años.
Por ahora, la recomendación es mantener medidas de prevención, consultar a profesionales de la salud ante síntomas persistentes y seguir monitoreando la evolución de esta variante conforme se publiquen nuevos estudios.
