Una noche de nostalgia

Fue raro, fue nostálgico, fue emotivo, fue difícil de asimila ver a Tom Brady salir en el túnel del equipo visitante en el Gillette Stadium, fue todo eso y mucho más. 

Y claro, el destino tenía preparado que Brady superara a Drew Brees con el récord de más yardas por pase en la historia de la NFL, en la que fue su casa por más de 20 años, con otro uniforme, en contra de su exequipo y su excoach, porque así tenía que ser, porque así es el deporte. Sumó un récord más de todos los que ostenta el '12', ahora de los Buccaneers.

Hablando del partido, la lluvia no ayudó mucho, los nervios y los sentimientos tampoco. Estoy seguro de que, a pesar de todos los años y la experiencia de Brady en la Liga, la noche no fue nada fácil.

Fue ovacionado en cada momento antes de iniciar el partido, pero ser abucheado por su propia gente una vez que comenzó el duelo debió de haberle revuelto el estómago.

Belichick lo conoce mejor que nadie, sabe sus fortalezas, sus debilidades, su forma de actuar, de leer la defensiva, de mandar una jugada, de motivar a los suyos. 

Le preparó un plan de juego especial para intentar detenerlo y por momentos lo hizo, dominando la primera mitad del partido, limitando a los Bucs a sólo seis puntos en la primera mitad. 

La segunda mitad mayormente en la misma tónica, Mac Jones imitando lo que por muchos años vieron en Foxboro, rutas cortas y pases pantalla; el partido estuvo cerrado por 60 minutos, claramente Belichick tenía su equipo listo para el gran reto de enfrentar a su más destacado dirigido. 

Al final y una vez más, seguramente la última, Tom Brady salió victorioso de Foxboro en un partido cardíaco, pues Nick Folk pateó un gol de campo de 56 yardas que pegó en el poste izquierdo y se consumó la victoria de los Bucs.

No quiero cerrar la columna sin antes mencionar a los Dallas Cowboys, cuidado con este equipo, Dak Prescott está jugando a un nivel superlativo, la defensiva es mejor que la de los años pasados.