El futbol mexicano ha sido escenario del paso de futbolistas franceses, pero pocos casos reflejan contrastes tan marcados como los de André-Pierre Gignac y Anthony Martial. Ambos llegaron a la Liga MX con reflector internacional, aunque sus primeras experiencias en México tomaron rumbos muy distintos.
Gignac arribó a Tigres en 2015 con el peso de ser una figura consolidada en Europa y rápidamente respondió en la cancha. En su primer torneo en México, el Apertura 2015, el delantero francés fue pieza clave en el ataque felino y ayudó al equipo a levantar el título tras vencer a Pumas en la final, misma que se definió en tanda de penales.
Los números respaldaron su impacto inmediato. Gignac cerró su torneo debut con 15 goles y dos asistencias en 21 partidos, sumando tanto la Fase Regular como Liguilla. Su capacidad goleadora y liderazgo lo convirtieron desde ese primer semestre en el referente ofensivo de Tigres y en uno de los fichajes más exitosos en la historia reciente de la Liga MX.
El caso de Anthony Martial fue completamente distinto. El también francés llegó a Rayados con altas expectativas, pero su paso inicial por el futbol mexicano estuvo lejos de lo esperado. Monterrey logró avanzar hasta las Semifinales, instancia en la que quedó eliminado, sin que Martial pudiera marcar diferencia en el ataque.
En términos estadísticos, el exjugador del Manchester United disputó 12 partidos con Rayados sin lograr anotar goles ni registrar asistencias, quedando en deuda con un equipo que aspiraba al título. Su adaptación y rendimiento quedaron como temas pendientes en su primera etapa en México.
Así, mientras Gignac conquistó la liga y dejó huella desde su primer torneo, Martial vivió un arranque complicado, evidenciando que el nombre y la trayectoria no siempre garantizan impacto inmediato en la Liga MX. Dos franceses, dos historias opuestas en el futbol mexicano.
