En busca del equipo

Gerardo Martino es frontal, directo, con pocos secretos y hecho a la vieja guardia; no duda en hablar de temas y suele tener tintes autocríticos. Acepta abiertamente que estos dos partidos fueron buenos en resultado, pero con mejor desempeño colectivo en el choque frente a Chile que contra Paraguay. Es tan franco que sabe que tarde o temprano lo que hoy son loas mañana serán 'puteadas' (insultos) hacia su trabajo e incluso persona.

Viejo lobo de mar en esto del juego más popular del mundo, el nuevo entrenador nacional mostró su gusto por tener salida con la pelota controlada y muy pocos trazos por elevación, incluso si las cosas se nublan por derecha, sin rubor exige que sus dirigidos le den la vuelta hasta llegar al portero para encontrar un mejor rumbo del ataque por la izquierda y viceversa.

Como era de esperarse, las 'vacas sagradas', en este inicio con distinto timonel, mostraron actitud ejemplar, veremos cuánto tiempo dura mientras Martino sigue tomando decisiones con el objetivo del bien común.

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El asunto no muy claro lo entregaron las caras nuevas que buscan Selección Mayor. Alvarado se escondió durante todo el encuentro y no pesó en ningún momento, mientras que Diego Lainez, tremenda promesa azteca del Betis, la pidió siempre, pero se equivocó en todas por su exceso de velocidad e inquietud por desbordar siempre a tres o más rivales, dejando en claro que necesita hacerse mejor jugador en su club y no que la Selección lo desarrolle para que luzca en el Betis.

Será el equipo de la ciudad de Sevilla que en pos de resguardar su inversión le haga entender al chamaco que hay distintos ritmos en el desarrollo de las jugadas y que es vital pensar en tocar de primera intención o levantar la cara cada vez que intente realizar un amague o una gambeta.

Le quedan dos juegos más al Tata en junio para decidir quiénes serán sus elegidos para ganar la Copa Oro, el único compromiso 'complejo' que tiene por delante en 2019.