Uno de los mejores proyectos de México tuvo al fin recompensa: Cruz Azul se coronó en Concacaf tras buscarlo con trabajo y estructura, con talento y actitud.
Y América viendo como va al Mundial de Clubes, con el entripado porque no pudo ganarle a otro de la MLS. Y también viendo cómo lo iguala en títulos de Concacaf con siete.
Y Pumas viendo por la televisión como levanta una copa internacional en su estadio. Contra el mismo club que los eliminó. Igual que Rayados.
Y Chivas viendo cómo se coronan con un mexicano como goleador del torneo y más valioso, como Sepúlveda.
¡Y viendo hasta PSG! Que mandó la felicitación por golear con idéntico marcador en Final de confederación. Se podrán medir en la Intercontinental de diciembre.
El futbol mexicano viendo cómo se establece un proyecto deportivo sólido y ahora, ganador, basado en lo colectivo, no en lo individual. Campeón, premio de 4 millones de dólares y lo que falta.
¿Y POR QUÉ SE VA VICENTE?
El Olímpico 68 coreó su nombre, pero después del festejo, entenderán. Hoy se sentarán Velázquez, Alonso y Sánchez para finiquitar la salida. Hay mucho por contar. ¿Y el relevo? Está listo Nicolás Larcamón, amarrado hace más de una semana. Al tiempo.
