Adanowsky no es de los que siguen la corriente. Quince años después de “matar” en el escenario a 'Amador' —su alter ego musical—, el músico, actor y performer revive al personaje para celebrar su aniversario con un show muy especial este 6 de noviembre en el Teatro Metropólitan… acompañado nada menos que por Mon Laferte.
“Hace 15 años hice un show donde maté a mi personaje 'Amador.' Nunca creí que iba a regresar. Pero hay una resurrección para todo”, explica en entrevista exclusiva para Contra. La gira comenzó como un guiño nostálgico, pero se transformó en una introspección profunda sobre la identidad, el ego y la búsqueda espiritual.
“Yo no creo en la muerte”: dice al hablar de transformación
En su estilo filosófico y sin pretensiones, Adanowsky lanza una frase que lo define: “Yo no creo en la muerte”. Y lo argumenta con una visión que mezcla la física, la poesía y la espiritualidad: “La energía no muere, se transforma. Entonces me transformé en otra cosa. 'Amador' se transformó, pero nunca murió”.
El show en el Metropólitan será fiel al disco original, pero con algunos giros. “Voy a tocar de principio a fin el disco Amador, pero con ajustes para que fluya. Y agrego canciones de otros discos para darle un poco de bailongo”.
Ego, familia y legado
Adanowsky también habló del proceso emocional que vivió tras la muerte de su madre y hermanos, y cómo logró reconciliarse con su pasado: “Por suerte hice las paces con mi mamá cinco años antes de su muerte y vivió conmigo cinco años”. Y aunque reconoce que tiene muchos proyectos por terminar, no quiere heredarle esa carga a su hijo: “No me gustaría dejar esa responsabilidad a mi hijo”.
Sobre su papel como padre, reflexiona: “Cuando nació, yo quería que mi hijo fuera muy parecido a mí. Pero hay que olvidar ser padre. Hay que ser un acompañante. Mi hijo ahora hará lo que él quiere”.
“Estoy bien así, incompleto”
Su visión del ego es tajante: “El ego es todo lo que decidieron por ti”. No se siente completo ni quiere estarlo. “Espero nunca encontrarme enteramente, porque si no, no tendría motivo de búsqueda ni de crecimiento”.
Incluso su lado más rockstar ha cambiado. “Antes era un prepotente total. Me creía una estrella. Elie Guerra me dio una gran enseñanza… fue una revelación ver cómo trataba con respeto a todos los técnicos. Yo aprendí mucho de ella”.
“Crear me mantiene vivo”
Con un pizarrón lleno de proyectos (entre ellos un libro, una película y la producción de nuevas bandas), Adanowsky reconoce que crear es su forma de existir: “Si yo no creaba, me iba a desmoronar. Tenía que alimentarme de la mirada de los demás… hasta que entendí que eso no me mantenía vivo. Lo que me mantiene vivo es alimentar esta realidad de alguna forma”.
Después del Metropólitan, planea presentarse en Monterrey, Ciudad Juárez y Jalapa, además de seguir con su banda The Guapos y colaborar con artistas como Vanessa Martín.
Y cuando se le pregunta si se siente solo, responde con poesía: “No creo en la soledad. Estamos acompañados de aire, plantas, ruidos. La soledad no existe. Es una ilusión loca del ser humano”.
