El Museo del Louvre, ícono cultural de Francia y del mundo, enfrenta una de las crisis de seguridad más insólitas de su historia. Desde el robo perpetrado el 19 de octubre en la Galería Apolo —donde sujetos encapuchados sustrajeron ocho joyas de la corona francesa—, han salido a la luz una serie de negligencias que comprometen la credibilidad del recinto.
Una investigación del diario francés Libération reveló que el museo fue advertido desde 2014 de graves fallas en su sistema de seguridad, incluida una contraseña tan absurda como “LOUVRE” para ingresar al servidor de videovigilancia.
“Desde este punto de acceso, es posible comprometer la red de seguridad y dañar el sistema de videovigilancia al comprometer servicios obsoletos y modificar los derechos de acceso otorgados a una credencial al vulnerar la base de datos utilizada por el sistema de control de acceso”, advierte el informe realizado por la Agencia Nacional de Seguridad de la Información de Francia.
Una red tan antigua como peligrosa
El mismo reporte señalaba la existencia de sistemas operativos obsoletos como Windows 2000 y contraseñas triviales que abrían la puerta a ataques cibernéticos de gran escala. Y aunque se solicitó a la institución tomar medidas correctivas —como contraseñas complejas, parches de seguridad y migración a sistemas actualizados—, el segundo informe en 2015 reflejó que las fallas persistían.
“(Aunque el museo) hasta ahora se ha visto relativamente a salvo, ya no puede ignorar la amenaza potencial de un ataque, cuyas consecuencias podrían ser dramáticas”, detallaron los informes.
Documentos revelan obsolescencia programada
Entre 2019 y 2025, diversos documentos técnicos relacionados con licitaciones del museo confirman el uso de software obsoleto para sistemas de videovigilancia, acceso y control. Un caso puntual es el sistema Sathi, cuyo uso continuó pese a estar catalogado como no actualizable desde años atrás.
El artículo afirma que al menos ocho programas relacionados con la seguridad del Louvre estaban fuera de soporte al momento del robo más reciente. Ni el Museo del Louvre, ni la Prefectura de Policía, ni el Ministerio de Cultura de Francia ofrecieron declaraciones sobre si esta situación facilitó el asalto que sacudió a la nación.
El golpe más audaz al corazón cultural de Francia
El ministro del Interior, Laurent Nuñez, calificó el robo como un golpe incalculable y aseguró que las joyas robadas representan una pérdida invaluable para el patrimonio nacional. Hasta el momento, no se ha confirmado si las fallas de seguridad informadas influyeron directamente en el robo, pero la evidencia apunta a una grave negligencia institucional.
