El 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, se ha convertido en una fecha clave en la agenda mundial. Desde hace más de una década, el color naranja identifica esta lucha, impulsada por ONU Mujeres como un llamado global para prevenir y erradicar todas las formas de violencia de género.

¿Qué significa el color naranja en el 25N?
De acuerdo con ONU Mujeres, el naranja simboliza “un futuro brillante y libre de violencia para mujeres y niñas”. El color fue elegido como una señal de esperanza, visibilidad y unión ante una problemática que afecta a millones en todo el mundo.
La campaña también busca reforzar acciones de prevención más allá del 25N, recordando que la violencia no es un hecho aislado ni privado, sino una violación a los derechos humanos.

Origen del 25 de noviembre en la ONU
La Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció oficialmente el 25 de noviembre como fecha internacional en 1999, en memoria de las hermanas Mirabal, activistas dominicanas asesinadas en 1960 por oponerse a la dictadura de Rafael Trujillo.
Desde entonces, gobiernos, organizaciones y sociedad civil realizan marchas, actos simbólicos y campañas para exigir garantías de seguridad, acceso a la justicia y políticas de prevención.

La campaña “Únete” y los 16 días de activismo
En 2008, el Secretario General de la ONU lanzó la iniciativa “Únete para poner fin a la violencia contra las mujeres”, coordinada por ONU Mujeres.
Cada año, la campaña impulsa los 16 días de activismo, del 25 de noviembre al 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, con acciones públicas en edificios iluminados de naranja, jornadas informativas y actividades comunitarias.

ONU Mujeres reitera que la violencia contra mujeres y niñas “sigue siendo una de las violaciones de derechos humanos más extendidas del mundo” y requiere respuestas urgentes y sostenidas.

El naranja no es una tendencia: es un recordatorio de que la erradicación de la violencia comienza con la visibilidad, la prevención y el compromiso permanente. Cada gesto importa y cada 25N reafirma la exigencia de un futuro en el que mujeres y niñas vivan libres y seguras.





