El Servicio de Administración Tributaria (SAT) ajustó el tope anual de depósitos bancarios exentos de impuestos adicionales. A partir de ahora, el nuevo límite será de 2 millones 28 mil 610 pesos, según lo publicado en el Diario Oficial de la Federación. Superar esa cantidad sin justificar el origen de los fondos podría generar sanciones o incluso la presunción de ingresos no declarados.
Un cambio que busca transparencia
La medida tiene como objetivo reforzar el control fiscal y prevenir la evasión. El SAT aclaró que no se trata de un nuevo impuesto, sino de un ajuste al monto máximo que puede recibir un contribuyente sin tener que pagar cargas fiscales adicionales. Todo depósito que supere los 2 millones 28 mil 610 pesos anuales deberá contar con documentación que respalde su procedencia.
Qué pasa si superas el límite
De acuerdo con el Artículo 59 del Código Fiscal de la Federación, los depósitos bancarios que no estén registrados contablemente o no tengan un comprobante válido podrán ser considerados ingresos gravables. En caso de que el contribuyente no pueda demostrar el origen del dinero, el SAT podría aplicar sanciones y requerir el pago de impuestos pendientes.
Recomendaciones para evitar problemas
El organismo fiscal recomienda a todos los contribuyentes mantener actualizados sus datos en el RFC, presentar declaraciones en tiempo y forma, y registrar cada operación bancaria que se realice. También sugiere revisar constantemente el Buzón Tributario, ya que cualquier notificación relacionada con depósitos o auditorías se hará a través de ese medio.
Qué tipo de depósitos revisará el SAT
El SAT podrá revisar depósitos provenientes de transferencias, cheques, efectivo o SPEI, especialmente cuando los montos acumulados superen el límite anual permitido. Sin embargo, si el dinero proviene de donaciones, herencias, préstamos o ventas justificadas, no se aplicarán sanciones siempre que el contribuyente pueda comprobarlo.
Más control, menos evasión
Con este ajuste, la autoridad busca mantener un mayor control sobre los movimientos financieros de las personas físicas y morales. El mensaje es claro: transparencia y comprobación. Mientras las operaciones estén registradas y justificadas, los contribuyentes podrán realizar sus movimientos sin preocupación.
