El nombre de Carlos Martínez Hurtado, conocido simplemente como Carlos Hurtado, ha estado ligado al futbol mexicano durante más de tres décadas. Su figura fue una de las más influyentes en los despachos, aunque paradójicamente, una de las menos visibles. A lo largo de su carrera, Hurtado se convirtió en un personaje clave en la gestión de fichajes, la representación de jugadores y la toma de decisiones que impactaron directamente a clubes de la Primera División, particularmente al Cruz Azul, institución con la que mantuvo una relación cercana desde los años ochenta.
Hurtado falleció entre las últimas horas del domingo 2 de noviembre y las primeras del lunes 3, en la ciudad de Miami, Florida, donde residía desde hace varios años. Se estima que tenía alrededor de 70 años. Su muerte cerró el capítulo de uno de los personajes más reservados y polémicos del futbol mexicano contemporáneo.

¿Por qué no hay fotos de Carlos Hurtado?
Uno de los aspectos más llamativos alrededor de Carlos Hurtado fue su casi total ausencia en fotografías públicas. A diferencia de otros representantes o dirigentes del futbol mexicano, Hurtado prefería mantener un perfil bajo. No le gustaba que le tomaran fotos y, según reportes, pedía expresamente que no lo hicieran. Su intención era operar “desde el anonimato” para mantener su influencia sin exposición mediática. Incluso, amigos y colaboradores tenían prohibido compartir imágenes de él.
Esa reserva lo llevó a construir una figura casi mítica dentro del entorno futbolístico. Fue apodado “El Señor de Miami” e incluso “el hombre invisible”, ya que rara vez aparecía en eventos, ruedas de prensa o actos públicos. Su estilo discreto contrastaba con el alcance de sus decisiones, las cuales periodistas, entrenadores y exjugadores han señalado que una sola llamada de Hurtado podía cambiar el destino de un futbolista, un director técnico o incluso de un club completo.

El vínculo con Cruz Azul y los grandes fichajes
Hurtado inició su trayectoria en los años ochenta, cuando colaboró con Guillermo Álvarez Cuevas, entonces presidente del Cruz Azul. A través de la Cementera, aprendió a negociar y a establecer vínculos con dirigentes, técnicos y promotores tanto en México como en el extranjero. Con el tiempo, su influencia creció hasta convertirse en uno de los principales operadores del mercado nacional.
Entre los fichajes más recordados en los que tuvo participación se encuentra el del italoargentino Mauro Camoranesi, quien llegó a Cruz Azul antes de emigrar al futbol europeo. Con el tiempo, Camoranesi alcanzó el punto más alto de su carrera al coronarse campeón del mundo con la Selección de Italia en Alemania 2006.
Se dice que Hurtado llegó a tener en su lista más de 100 jugadores, representando tanto a futbolistas como a entrenadores. Su nombre aparecía con frecuencia en negociaciones claves del balompie mexicano, especialmente durante la época del llamado “Pacto de Caballeros”, un acuerdo informal entre clubes que limitaba la libre transferencia de jugadores y que, durante años, marcó el funcionamiento interno del futbol nacional.

Fue acusado en varias ocasiones de cobrar altas comisiones en transferencias, de intervenir en operaciones en las que no representaba directamente a los jugadores, y de tener un papel determinante en rescates financieros de equipos como Veracruz y Atlante. Su nombre solía dividir opiniones: algunos lo consideraban un negociador indispensable, mientras otros lo veían como un operador que distorsionó el mercado y el equilibrio deportivo.




