Durante la década de los 90, Toros Neza no solo destacó por su estilo irreverente y colorido dentro de la cancha, sino también por las peculiares historias que rodeaban a sus futbolistas en la resaltaba el hoy entrenador del Toluca Antonio Mohamed.
Una de las más recordadas es la del Turco Mohamed, quien ha contado en múltiples entrevistas que tuvo que ingeniárselas para cumplir con el estricto control de peso que el club le exigía… mientras no renunciaba a su gusto por las hamburguesas.

Según ha revelado el propio Mohamed, en aquella época su contrato incluía una cláusula que lo obligaba a mantenerse por debajo de cierto peso para poder jugar y cobrar sin sanciones. El problema era que el argentino solía pasarse “dos o tres kilos”, por lo que recurrió a tácticas poco ortodoxas para evitar problemas: manipular la báscula con ayuda de los utileros.

¿Compraba el silencio de los empleados?
El “Turco” relató que solía ofrecerles comida, camisetas o incluso algo de dinero a los empleados del club para que “ajustaran” la balanza antes de sus revisiones. En más de una ocasión, aseguró, aquel “tornillito mágico” lo salvó de que el directivo de turno descubriera su verdadero peso.
La situación llegó al extremo cuando el club decidió cambiar la báscula manual por una electrónica, con la intención de evitar cualquier truco. Mohamed, fiel a su estilo, confesó que terminó rompiendo accidentalmente el aparato para impedir que lo delatara.

Escapada al McDonald’s
Pero la historia no termina ahí. Lejos de seguir una dieta estricta, Mohamed asegura que tras los entrenamientos pasaba con frecuencia por un McDonald’s, donde se comía dos hamburguesas antes de volver a su casa. Ya en el hogar, simulaba cenar la comida saludable que su esposa le preparaba, “para no quedar mal”.
A pesar de sus artimañas, Mohamed fue una figura clave durante aquella etapa de Toros Neza, recordada por su carisma, sus goles y su papel en un equipo que dejó huella en la liga mexicana tanto dentro como fuera del campo.
Hoy, la anécdota se cuenta entre risas, como un reflejo del carácter genuino y desfachatado que siempre ha acompañado al “Turco”. Un personaje que, incluso cuando debía bajar de peso, nunca dejó de ser fiel a sí mismo.





