La UEFA ha ratificado este lunes las sanciones económicas impuestas a los jugadores del Real Madrid, Antonio Rüdiger, Kylian Mbappé y Dani Ceballos, por su conducta al término del partido de vuelta de los octavos de final de la Champions League ante el Atlético de Madrid, disputado en marzo pasado. La apelación presentada por el club blanco fue desestimada por el organismo europeo, que consideró válidas las decisiones tomadas por su Comité de Control, Ética y Disciplina.

Según lo establecido en el artículo 11.2.b del reglamento disciplinario de la UEFA, los tres futbolistas incurrieron en una "violación de las reglas básicas de conducta decente". Rüdiger fue multado con 40,000 euros por un gesto en el que se llevó la mano al cuello, mientras que Mbappé recibió una sanción de 30,000 euros por sus señales hacia la grada rojiblanca que fueron consideradas provocativas. Por su parte, Dani Ceballos fue sancionado con 20,000 euros por una actitud similar.
Además de las multas económicas, tanto Rüdiger como Mbappé recibieron un partido de suspensión en competiciones UEFA. No obstante, esta sanción ha quedado en suspenso durante un año y solo se aplicará en caso de reincidencia.

"La apelación presentada por el Real Madrid C.F. es desestimada. En consecuencia, se confirma la decisión del Comité", sentenció la UEFA en su resolución, cerrando así el capítulo disciplinario abierto tras el polémico derbi europeo.
Por otro lado, el organismo confirmó que no se han iniciado procedimientos disciplinarios contra Vinícius Júnior, a pesar de las acusaciones de parte de la afición rival.
En el mismo comunicado, la UEFA también ratificó una sanción al club madrileño por un incidente ocurrido en el partido de ida de los cuartos de final ante el Arsenal, en el Emirates Stadium. Un aficionado del Real Madrid realizó un saludo nazi en las gradas, acto que fue catalogado como comportamiento racista conforme al artículo 14.2 del reglamento. Por ello, el club fue multado con 15,000 euros y recibió una sanción condicional de un año que le prohíbe vender entradas a sus aficionados para el próximo partido como visitante en competiciones UEFA. Esta medida solo se activará en caso de reincidencia.




