Bélgica encara una prueba decisiva en su camino al Mundial 2026 cuando visita a Kazajistán por la fecha 9 del grupo J de las Eliminatorias UEFA. El conjunto europeo, que ya no exhibe aquella contundencia que lo llevó a liderar los rankings FIFA durante años, igualmente conserva el favoritismo para quedarse con uno de los cupos directos. Una victoria en suelo kazajo puede cerrar la clasificación incluso antes de afrontar la última jornada.
Los Diablos Rojos llegan con 14 puntos sobre 18 posibles y con un triunfo reciente que alimenta su confianza: el 4-2 como visitantes frente a Gales. En las redes sociales de la federación belga se observa una mezcla de expectativa y cautela; los videos de entrenamiento muestran un plantel que apuesta al recambio generacional, pero que aún depende de la experiencia de algunos referentes para sostener el rendimiento competitivo.
En Bélgica se repite una idea entre la prensa local: el equipo no deslumbra como en años anteriores, pero mantiene una estructura táctica efectiva y un poder ofensivo capaz de resolver partidos que se complican. La clasificación parece encaminada, aunque el propio cuerpo técnico advierte que no hay lugar para la relajación. La misión es cerrarla lo antes posible y evitar sufrir en la fecha final.
Kazajistán, en tanto, se presenta sin la presión del objetivo deportivo porque ya está eliminado con 7 puntos. Sin embargo, los Halcones Dorados no dejan de mostrar orgullo competitivo. El reciente empate ante Macedonia del Norte confirma que, aunque no alcanzaron para pelear por un cupo, mantienen una identidad de juego intensa y un bloque defensivo difícil de quebrar cuando juega como local.
Un duelo con objetivos opuestos
Mientras Bélgica busca dar el salto hacia la tranquilidad mundialista, Kazajistán intenta convertir este cierre de Eliminatorias en un espacio de construcción para el futuro. El combinado kazajo aprovecha estos partidos para rodar jugadores jóvenes y consolidar una base que le permita competir mejor en el próximo ciclo. La prensa regional destaca el crecimiento físico y la mayor disciplina táctica del equipo, aunque reconoce que aún falta jerarquía individual para disputar partidos clave.
Los Diablos Rojos, por su parte, saben que este partido puede ser el punto de inflexión que necesitan. La idea de juego se sostiene en la posesión, en ataques directos y en el peso ofensivo de una delantera que suele responder en momentos determinantes. La defensa, sin embargo, sigue siendo el sector más observado y la misión es evitar desconexiones que comprometan un resultado que, en los papeles, debería ser favorable.




