Paris Saint-Germain tuvo que esperar hasta el último suspiro, pero finalmente rompió la muralla de un obstinado OGC Niza para asegurar una vital victoria por 1-0 y mantenerse en lo más alto de la tabla de la Ligue 1.

La tarde en el Parque de los Príncipes fue un monólogo de dominio parisino, que se encontró de frente con un Niza ultradefensivo.
El plan de juego de Franck Haise fue claro desde el inicio: un trabajo de contención total. El entrenador del Niza dispuso un once de mentalidad defensiva, aunque con la intención de ser ambiciosos en las transiciones.
Las estadísticas pintaron un cuadro de superioridad absoluta para Les Parisiens, quienes registraron un increíble 77% de posesión y completaron más de 800 pases. A pesar del control, el PSG no logró capitalizar en el primer tiempo. Bradley Barcola tuvo una gran oportunidad tras una presión alta, pero el francés no pudo superar al portero Yehvann Diouf antes del medio tiempo.
Irónicamente, la mejor ocasión de la primera mitad fue para Les Aiglons, totalmente "contra la corriente del juego". Juma Bah, cedido por el Manchester City, apareció en el segundo palo, pero su cabezazo fue salvado en la línea por Khvicha Kvaratskhelia, bien posicionado para evitar el gol al 32'.

La tarea de resistencia continuó en la segunda parte. Si el Niza iba a llevarse algo, sería un "golpe de suerte" o un 'smash-and-grab', exactamente lo que Haise buscaba. Sin embargo, a diferencia del primer tiempo, la gran ocasión para los visitantes nunca llegó.
En cambio, el partido se convirtió en un tráfico de un solo sentido hacia la portería de Diouf. João Neves (min. 53') vio un disparo pasar a centímetros del palo, un tiro de larga distancia de Vitinha (min. 68') y un cabezazo del ingresado Gonçalo Ramos (min. 80') exigieron las manos del portero del Niza.
El asedio se intensificó a medida que se acercaba el pitido final. A pesar de los constantes centros, la defensa del Niza, liderada por Kojo Peprah Oppong, Antoine Mendy y Bah, se mantuvo firme... hasta el último segundo.
Gol agónico
Cuando el PSG pudo pensar que la victoria se les había escapado, tras un excelente cabezazo de Ramos que Diouf logró desviar por encima del larguero (min. 90+4'), el milagro llegó desde el tiro de esquina resultante.

El córner de Lee Kang-in fue peinado en el primer palo y encontró a Ramos completamente solo cerca del punto de penalti. El delantero portugués había fallado un par de oportunidades tras ingresar desde el banquillo, pero no perdonó en la más importante, desatando la euforia en el estadio.




