Shane Tamura, un exempleado de casino en Las Vegas de 27 años, fue identificado como el autor del tiroteo masivo ocurrido en un edificio de oficinas de la NFL. El ataque dejó cuatro personas muertas, incluido un oficial de policía fuera de servicio, y varios heridos, antes de que el agresor se quitara la vida.
Según una fuente cercana a la familia citada por ESPN, Tamura padecía desde la adolescencia dolores de cabeza crónicos y debilitantes, posiblemente relacionados con los golpes sufridos durante su carrera como jugador de futbol americano en la preparatoria.
Los mismo reportes aseguran que, desde 2019, Tamura buscó asistencia médica intensiva en Las Vegas, incluyendo resonancias magnéticas anuales, tratamientos farmacológicos e inyecciones en la base del cráneo para tratar el dolor.
Una nota escrita por Tamura y hallada en su cartera sugiere que tenía una queja contra la NFL relacionada con una posible encefalopatía traumática crónica (ETC), una enfermedad cerebral degenerativa asociada con traumatismos repetidos en la cabeza y que solo puede diagnosticarse post mortem. En el escrito, Tamura se disculpaba repetidamente y pedía que su cerebro fuera examinado.
El ataque ocurrió el lunes por la tarde cuando Tamura estacionó su BMW en doble fila frente al 345 de Park Avenue y entró al edificio con un rifle de asalto. De acuerdo con las autoridades, Tamura intentaba llegar a la sede de la NFL pero tomó un ascensor equivocado, lo que lo condujo al piso 33, donde se disparó tras herir a más personas. Un empleado de la NFL resultó gravemente herido.
Tamura jugó en las preparatorias Golden Valley y Granada Hills, sin llegar a competir a nivel universitario ni profesional. Según reportes, Tamura no manifestó intenciones de ingresar a la NFL, aunque creía que los jugadores jóvenes debían tener mejor protección.
Buscaba ayuda médica
En total, se hallaron dos notas de disculpa: una en el lugar del tiroteo y otra en su residencia, donde pedía que se estudiara su cerebro y ofrecía disculpas a su familia y allegados. A raíz del incidente, empresas como la NFL, KPMG y Blackstone ordenaron el cierre temporal de sus oficinas en el edificio afectado. Un pasado deportivo lleno de golpes, un final trágico
