Tesla, la empresa que revolucionó la industria de los autos eléctricos, atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia. Tras reportar una caída del 71% en sus ingresos netos y un desplome del 20% en su división automotriz durante el primer trimestre de 2025, el consejo de administración ha iniciado (según reportes de The Wall Street Journal) la búsqueda de un nuevo director ejecutivo para reemplazar a Elon Musk. La información fue posteriormente desmentida por la propia compañía.
Las presiones no son menores. El desempeño financiero de Tesla se ha visto afectado por la caída de ventas en mercados clave como California, China y Alemania, mientras que la imagen de su CEO ha generado divisiones entre consumidores e inversionistas. Según encuestas recientes, el 60% de los clientes potenciales tiene una opinión negativa de Musk, lo cual está impactando directamente en la percepción de marca.

Elon Musk, entre Tesla y Trump
Uno de los factores que ha causado preocupación en la junta es la creciente distancia de Musk respecto a las operaciones cotidianas de Tesla. Su rol como asesor del presidente Donald Trump en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), así como su presencia frecuente en la Casa Blanca y Mar-a-Lago, ha generado molestia entre los directivos.
Aunque Elon prometió recientemente “regresar a la gestión diaria” de la empresa, el consejo ya habría contactado a firmas de reclutamiento ejecutivo para preparar una eventual transición de liderazgo. En paralelo, se busca incorporar un director independiente para reforzar la estructura corporativa.

Malas cifras y panorama incierto
La tormenta financiera ha sido impulsada por múltiples factores: aranceles impuestos por Estados Unidos que dificultan las operaciones de Tesla en China, México y Canadá, la decepcionante recepción del Cybertruck —que apenas vendió 39 mil unidades frente a una meta de 250 mil— y la falta de nuevos modelos a corto plazo.
Además, la competencia no da tregua. Marcas como BYD, General Motors y Hyundai han incrementado su presencia en el mercado con modelos más accesibles e innovadores. En consecuencia, la cuota de mercado de Tesla cayó a 43%, un desplome significativo desde el 75% que ostentaba hace apenas tres años.

Pese al panorama adverso, Musk insiste en apostar por el desarrollo de inteligencia artificial aplicada a la movilidad, con proyectos como el robotaxi Cybercab y el androide Optimus. Sin embargo, analistas e inversionistas comienzan a preguntarse si estos esfuerzos bastan sin un liderazgo estable y enfocado.
La aparente negación de Tesla sobre la búsqueda de un nuevo CEO no ha logrado disipar la incertidumbre. Lo único claro es que el futuro de la empresa —y el papel de Musk dentro de ella— está en un punto de inflexión, mientras el mercado espera respuestas concretas.
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