El París Saint-Germain cerró un año histórico al conquistar la Copa Intercontinental, logrando así el ansiado sextete. Sin embargo, la coronación no fue sencilla; el conjunto francés tuvo que recurrir a la tanda de penales para doblegar a un aguerrido Flamengo que llevó al límite al campeón europeo.

Tras la victoria, el técnico asturiano Luis Enrique no escatimó en reconocimientos para su rival. Lejos de centrarse únicamente en el éxito de su plantilla, el entrenador destacó la jerarquía del club brasileño, situándolo en la élite del fútbol mundial.
Un rival de talla mundial
Para Luis Enrique, el desempeño del "Mengão" en la final no fue una sorpresa, sino la confirmación de su calidad técnica y competitiva. El estratega enfatizó que el nivel mostrado por el equipo sudamericano es equiparable al de las grandes potencias del Viejo Continente.
"Tuvimos un día en el que necesitábamos dar lo mejor de nosotros para ganarle al Flamengo. Creo que puedes ir a Europa y jugar contra cualquier equipo del mundo", afirmó el técnico del PSG.

Respeto desde la previa
Estas declaraciones no fueron un cumplido de ocasión tras obtener el título. Ya en los días anteriores al encuentro, Luis Enrique había advertido sobre la peligrosidad del conjunto de Río de Janeiro, marcando una diferencia clara respecto a otros enfrentamientos.
"Esta final será diferente. Vamos a jugar contra uno de los mejores equipos del mundo", había sentenciado el entrenador español antes del pitazo inicial.
Con este título, el PSG consolida su dominio global, pero lo hace con la lección de que el fútbol sudamericano, representado por Flamengo, sigue teniendo argumentos sólidos para desafiar la hegemonía europea en las citas más importantes.





