Tras dos jornadas de deliberaciones en el Cónclave realizado en la Capilla Sixtina, el estadounidense Robert Prevost fue elegido como el Papa número 267 de la Iglesia Católica, tomando el nombre de León XIV. La elección, que rompió con las expectativas y pronósticos previos, marcó un momento histórico para la institución religiosa al designar a un pontífice estadounidense por primera vez.

En este contexto, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, expresó su reconocimiento y anunció su intención de extender una invitación formal al nuevo pontífice para visitar territorio mexicano. Durante una entrevista concedida a N+ en su gira de trabajo por el estado de Nayarit, la mandataria reafirmó la disposición de su gobierno para mantener un diálogo constructivo con el Vaticano.
"Va a haber muy buena relación con México, no solamente como Jefe de Estado Vaticano, sino porque la mayor parte de nuestro pueblo también profesa la religión Católica(...)en su momento ya le haremos la invitación"
La presidenta destacó que México y el nuevo Papa comparten principios y valores fundamentales, por lo que anticipó una relación de cooperación y respeto mutuo. Asimismo, subrayó que su administración dará continuidad a la tradición diplomática de invitar a los líderes de la Iglesia Católica a nuestro país, tal como sucedió con papas anteriores.

La elección de León XIV se realizó tras un complejo proceso de votación, en el que participaron 133 cardenales con derecho a voto. Según las normas eclesiásticas, para que un cardenal sea consagrado como Papa es necesario obtener al menos las dos terceras partes de los sufragios emitidos, cifra que alcanzó Robert Prevost en la segunda jornada del Cónclave.
Con esta declaración, la mandataria dejó abierta la posibilidad de un próximo encuentro entre México y el líder de la Iglesia Católica, lo que podría materializarse en una visita oficial durante su pontificado, reforzando los lazos históricos entre ambas naciones.





