En diciembre, el aroma a canela, guayaba y tejocote flota en el aire de cada casa mexicana. El ponche navideño no solo es una bebida obligada en las posadas, también es un remedio natural disfrazado de delicia.
La Secretaría de Salud afirma que el ponche tradicional, preparado con frutas naturales y sin exceso de azúcar, tiene beneficios nutricionales reales, gracias a su combinación de ingredientes con propiedades antioxidantes, digestivas e incluso inmunológicas.

Guayaba y tejocote, los superhéroes del ponche
Entre los protagonistas de esta bebida están la guayaba, que contiene más vitamina C que la naranja y ayuda a reforzar el sistema inmunológico, y el tejocote, rico en hierro y calcio, ideal para proteger los huesos y combatir la anemia.
Pero no son los únicos que hacen magia en la olla navideña.
También destacan la jamaica y el tamarindo, que además de sabor, aportan fibra y antioxidantes. Estos ingredientes mejoran la digestión, reducen inflamación y ayudan a controlar los niveles de azúcar en la sangre, siempre y cuando no se agregue más azúcar de la necesaria.

“Elegir frutas frescas y reducir la cantidad de azúcar garantiza una opción mucho más nutritiva y equilibrada”, recomienda la Secretaría de Salud.
Un trago con historia (y pasaporte)
Aunque el ponche se siente más mexicano que los aguinaldos, su origen viene de lejos. Según historiadores, nació en la antigua Persia, donde se le llamaba panch, y era preparado con agua, limón, hierbas, azúcar y ron. Luego viajó a Europa, se convirtió en punch en inglés, y terminó llamándose ponche en España.

A México llegó con la Navidad, después de que el papa Liberio fijara la fecha de la celebración el 25 de diciembre del año 354 D.C.. Desde entonces, la bebida se convirtió en parte esencial de las fiestas decembrinas.
¿Es saludable tomar ponche?
Sí… pero con medida. Si se prepara con frutas naturales, especias como canela y clavo, y sin empalagarlo con azúcar, el ponche se vuelve una bebida aliada del cuerpo en pleno invierno. Eso sí, no sustituye al médico ni al suéter, pero al menos, no solo calienta el alma, también puede cuidar tu salud.





