La influencer mexicana Alana Flores decidió iniciar acciones legales luego de que alguien difundiera una imagen íntima falsa creada mediante Inteligencia Artificial.
Este caso vuelve a poner sobre la mesa los peligros del uso indebido de los llamados deepfakes, una tecnología que avanza a gran velocidad y que, en manos equivocadas, puede ser utilizada como herramienta de acoso, violencia digital y daño a la imagen personal.
¿Qué es un deepfake y cómo funciona?
El término deepfake proviene de la combinación de "deep learning" (aprendizaje profundo) y "fake" (falso). Se trata de una técnica de manipulación audiovisual que utiliza redes neuronales, algoritmos avanzados y enormes bases de datos de imágenes o videos para crear contenido falsificado extremadamente realista.
Gracias a estas herramientas, es posible superponer el rostro, la voz o los movimientos de una persona sobre otra, dando como resultado videos, audios o imágenes que simulan situaciones que nunca ocurrieron. Aunque la tecnología tiene aplicaciones positivas, como en el cine, los videojuegos o la preservación de contenido histórico, su uso no autorizado en la creación de material íntimo es una forma de violencia digital.

México aún sin leyes claras sobre deepfake
En nuestro país, el marco legal frente a estas prácticas aún es limitado. Aunque existen leyes que sancionan la difusión de contenido íntimo sin consentimiento, como la Ley Olimpia, los casos que involucran IA y deepfakes todavía generan vacíos jurídicos que complican la persecución de estos delitos.
Hace apenas unas semanas, México fue testigo de un caso similar: un estudiante del Instituto Politécnico Nacional (IPN) fue detenido tras descubrirse que almacenaba y distribuía imágenes de compañeras de clase manipuladas con IA para transformarlas en contenido pornográfico. El joven fue sentenciado por el delito de pornografía infantil, sentando un precedente ante un fenómeno que empieza a crecer peligrosamente.
Más famosas afectadas
El caso de Alana Flores es uno más dentro de un fenómeno global. Varias celebridades han sido víctimas de esta tecnología, utilizada para fabricar contenido falso, muchas veces de carácter sexual, sin su consentimiento. Los deepfakes han generado preocupación entre activistas, autoridades y usuarios que piden una legislación más firme y actualizada.

Scarlett Johansson
Es probablemente el caso más conocido. Su rostro ha sido utilizado múltiples veces para crear videos pornográficos falsos mediante deepfake. Ella ha denunciado públicamente que es muy difícil combatir este tipo de contenidos legalmente.
Emma Watson
Ha sido otra de las víctimas frecuentes. Existen múltiples videos falsos de contenido explícito circulando en internet, los cuales ella ha rechazado categóricamente.
Gal Gadot
La protagonista de Wonder Woman fue víctima de montajes falsos, siendo incluida en material pornográfico sin su consentimiento.
Taylor Swift
En 2024, circuló un deepfake muy viral de la cantante que causó indignación global. Este caso fue muy mediático, al grado que provocó discusiones en el Congreso de EE.UU. sobre cómo regular el uso de inteligencia artificial.
Zendaya
También ha sido objetivo de videos falsos que distorsionan su imagen o la colocan en situaciones que nunca ocurrieron.

Natalie Portman
Como con otras actrices, su rostro ha sido usado ilegalmente en videos de contenido sexual creado con IA.
Ariana Grande
La cantante ha sido víctima de deepfakes que circulan en páginas pornográficas, afectando su imagen pública.
Jennifer Lawrence
Luego de haber sufrido hackeos reales en el pasado, también fue víctima de deepfakes que intentaban explotar aún más esas filtraciones.
Selena Gomez
En años recientes, circularon videos creados por IA con contenido erótico falso.




