El duelo entre Trinidad y Tobago y Bermuda prometía ser un partido más en el calendario regional, pero terminó convirtiéndose en un ejemplo de cómo un simple error de comunicación puede desencadenar un caos internacional. Aunque el marcador final fue 2-2, lo que ocurrió entre el segundo gol de Bermuda, la información difundida por Concacaf y la confusión que se desató en medios globales convirtió este encuentro en un auténtico rompecabezas futbolístico.
El protagonista del caos fue Djair Parffit, autor del tanto que debía significar el empate para Bermuda. Sin embargo, poco después de que el balón cruzara la línea, Concacaf informó de manera errónea que el gol había sido anulado por un fuera de juego, un mensaje que se extendió rápidamente por diversas plataformas y desató interpretaciones equivocadas en todo el mundo. Mientras en el campo el juego seguía su curso normal, aficionados, periodistas y sitios especializados trataban de descifrar qué estaba sucediendo realmente.
La desinformación se multiplicó porque la FIFA, la BBC y otros portales internacionales replicaron el dato equivocado, lo que llevó a millones de usuarios a creer que Trinidad y Tobago ganaba 2-1. Las redes sociales se llenaron de debates, reclamaciones y memes, mientras la transmisión local insistía en que el gol sí estaba validado y el encuentro seguía igualado.

Un gol real, un error global
La jugada que desató el caos llegó en la segunda mitad, cuando Parffit empujó el balón para colocar el supuesto 1-2 en el marcador. Pocos segundos después, Concacaf anunció que el tanto había sido invalidado por fuera de juego, lo que generó confusión tanto en la transmisión en vivo como en plataformas de estadísticas y resultados.
Sin embargo, el partido nunca se detuvo ni el árbitro retiró el gol. El balón había entrado de manera legítima, y en el terreno de juego el marcador avanzó con normalidad hacia el empate 2-2.

Lo extraordinario es que mientras los jugadores disputaban los minutos finales, gran parte del planeta seguía convencido de que el juego marchaba 2-1 a favor de Trinidad y Tobago.
El error tardó en corregirse, pero finalmente Concacaf actualizó el resultado y confirmó que el tanto de Parffit siempre fue válido. Para entonces, el episodio ya había generado una ola global de comentarios y críticas hacia la gestión de información del organismo.
All square in Port of Spain 🤝 pic.twitter.com/FhrvVeQYnC
— Concacaf (@Concacaf) November 19, 2025
El caos no cambió nada en la tabla
Aunque el error provocó una tormenta mediática, lo ocurrido en el marcador no alteró la realidad deportiva del grupo. Bermuda, con el empate, se mantuvo como última de su sector y eliminada del Mundial, lo mismo que Trinidad y Tobago.

La polémica, sin embargo, dejó claro un punto importante: la precisión en la comunicación oficial es tan vital como el desempeño en la cancha. En una época en la que los resultados se actualizan en segundos, un solo error puede escalar hasta convertirse en un fenómeno global, incluso en un partido que, en teoría, pasaba desapercibido para el gran público.




