La Copa Árabe volvió a demostrar por qué se ha convertido en uno de los torneos regionales más atractivos fuera del calendario tradicional de selecciones. En una final vibrante disputada en el Estadio Lusail de Qatar, Marruecos derrotó 3-2 a Jordania en tiempo suplementario y se consagró campeón tras un partido que tuvo goles tempraneros, remontadas, polémicas y una definición cargada de suspenso.
Desde el inicio, el encuentro dejó en claro que no sería una final cerrada ni especulativa. Ambas selecciones salieron a jugar con intensidad, y aprovecharon el escenario y la magnitud del evento. Marruecos, fiel a su estilo ofensivo y dinámico, golpeó de entrada y marcó el ritmo del partido, mientras que Jordania respondió con carácter y eficacia en los momentos clave.
El torneo, que volvió a disputarse íntegramente en Qatar bajo la organización de la FIFA, reafirmó su crecimiento en prestigio y nivel competitivo. Como destacan análisis de Al Jazeera Sports y reportes oficiales del organismo internacional, la Copa Árabe se consolida como una plataforma clave para el desarrollo del futbol en Asia y África, al utilizar estadios mundialistas y una estructura similar a la de grandes competencias internacionales.
Una final cambiante, con goles, VAR y definición en el alargue
El partido se abrió rápidamente y de manera inesperada. Apenas a los 4 minutos, Abdelhamid Sabiri Tannane sorprendió con un remate potente desde atrás de la mitad de la cancha. El disparo, preciso y elevado, superó al arquero Abdallah Abulaila, que quedó a mitad de camino, y significó el 1-0 para Marruecos, uno de los goles más espectaculares del torneo.
Con inteligencia Abdelhamid Sabiri Tannane vio adelantado al arquero rival para meter el zurdazo y hacer explotar a la grada que presenció una espectacular anotación.
¿Ya se entregó el Puskás? Porque el gol que acaba de hacer Marruecos es una cosa de locos pic.twitter.com/vFX1khJjiq
— Pablo Giralt (@giraltpablo) December 18, 2025
Jordania reaccionó en el inicio del segundo tiempo. Tras un córner jugado en corto, Mohannad Abu Taha envió el centro al área y Ali Olwan, una de las figuras del certamen, conectó de cabeza en el área chica para marcar el empate. El impulso jordano continuó y, a los 68 minutos, el propio Olwan transformó en gol un penal sancionado por una mano clara de El Mahdioui, para dar vuelta al resultado.
Cuando el título parecía inclinarse del lado jordano, Marruecos encontró el empate de manera agónica. A tres minutos del final, una jugada caótica tras un tiro de esquina terminó con un rebote, el palo y la corrección final de Abderrazak Hamdallah para el 2-2. El gol fue revisado por el VAR y ratificado, lo que agregó dramatismo a una definición que se estiró al tiempo suplementario.
Ya en el alargue, Jordania sufrió primero la anulación de un gol por mano de Abu Taha, y luego, a los 99 minutos, llegó el tanto decisivo. Un centro al área terminó en una chilena de Saadane que, sin ir al arco, funcionó como asistencia perfecta para Hamdallah, quien empujó la pelota casi sobre la línea y selló el 3-2 definitivo.
El peso del escenario, el camino al título y el futuro de la Copa Árabe
La final se disputó en el Estadio Lusail, el mismo que albergó la histórica final del Mundial 2022 entre Argentina y Francia. Tal como remarcan informes de la FIFA, el uso de estos escenarios responde a una estrategia clara: mantener vigente el legado de infraestructura qatarí y convertirlo en sede recurrente de eventos internacionales de alto nivel.
Marruecos y Jordania llegaron a la final tras superar grupos exigentes y eliminar rivales de peso en cuartos y semifinales. Para el seleccionado marroquí, este título reafirma su crecimiento sostenido en los últimos años, tanto a nivel regional como global, luego de su destacada actuación en el Mundial de 2022. Jordania, en tanto, dejó una imagen muy positiva y se consolida como una selección competitiva, capaz de pelear títulos importantes.
La Copa Árabe reunió a 16 selecciones afiliadas a la AFC y la CAF, entre ellas Qatar, Argelia, Egipto, Túnez, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. El torneo, que en 2021 tuvo como campeón a Argelia, sigue ganando peso en el calendario internacional y apunta a convertirse en una cita fija que combine identidad regional, espectáculo y proyección global.
Parte del contenido de este artículo fue elaborado con asistencia de herramientas de Inteligencia Artificial y revisado por un editor de RÉCORD.
