El Real Madrid se llevó una victoria vital y el primer Clásico de la temporada al vencer 2-1 al FC Barcelona, pero la celebración quedó parcialmente eclipsada por un inaudito estallido de frustración protagonizado por Vinicius Jr.

El delantero brasileño, pieza clave en la victoria merengue, reaccionó de forma volcánica a su sustitución por parte del técnico Xabi Alonso, dejando una imagen de tensión que sacude el vestuario blanco.
El incidente se produjo con el marcador 2-1 a favor de los blancos. Vinicius, quien había sido una pesadilla constante para la defensa blaugrana, fue señalado por el cambio, una decisión que sorprendió a propios y extraños dada su influencia en el juego.
"¡Siempre yo! ¡Yo me voy del equipo! ¡Me voy, mejor, me voy!"
Esas fueron las palabras que, según testigos, lanzó Vinicius Jr. en su camino hacia el banquillo. La secuencia fue dramática: al ver su número en la pizarra, el brasileño expresó su incredulidad con gestos y un sonoro "¿Yo? ¡Míster! ¿Yo?".
La tensión escaló rápidamente. A la distancia, el técnico Xabi Alonso intentó calmarlo con un escueto "Venga, Vini, host...". Sin embargo, lejos de serenarse, el extremo desató su furia con la impactante amenaza de marcharse del club en medio de su frustración.

En un gesto de indignación total, Vinicius no se dirigió al banquillo para seguir el partido con sus compañeros. En su lugar, optó por un camino más radical: el túnel de vestuarios. Si bien regresó minutos después para unirse al grupo, el mensaje de su airado reclamo ya había quedado grabado.
El Clásico, siempre un hervidero de emociones, esta vez no solo dejó una batalla en el césped, sino también una interna que Alonso deberá gestionar con tacto. En la rueda de prensa posterior al partido, el entrenador madridista se mostró evasivo sobre el fondo del asunto, limitándose a reconocer que "será un asunto que deberá tratar con el jugador".

El episodio no solo subraya el carácter pasional de Vinicius Jr. y su deseo innegociable de seguir marcando diferencias, sino que también plantea un primer desafío de gestión para Xabi Alonso en un Real Madrid que, a pesar de la victoria, ahora debe lidiar con las consecuencias de un delantero estrella que, al parecer, está dispuesto a todo con tal de no salir del campo.




