El Estadio Morelos se vistió de amarillo y rojo, con una afición que empujó desde el primer minuto, pero ni la pasión en la tribuna ni la insistencia en el campo fueron suficientes. Atlético Morelia e Irapuato firmaron un empate 0-0 en el duelo de Ida de la Semifinal, un resultado que deja la serie abierta, pero que pone contra las cuerdas al conjunto michoacano rumbo al partido decisivo en el Sergio León Chávez.
El encuentro, intenso y trabado, reflejó dos estilos muy claros: un Morelia obligado a proponer y un Irapuato inteligente, disciplinado y paciente, que supo congelar los embates del rival y apostar por golpes puntuales al contragolpe. Aunque los Canarios dominaron lapsos importantes del partido, la Trinca Fresera mostró por qué ha sido uno de los equipos más sólidos del torneo, especialmente en defensa.
La falta de contundencia fue la tónica del enfrentamiento. Morelia generó, pero no concretó; Irapuato resistió, pero tampoco logró capitalizar sus aproximaciones. El resultado deja una sensación agridulce: los locales evitaron recibir gol, pero también dejaron escapar una ventaja que, en una semifinal, suele ser determinante.

Un primer tiempo duro, cerrado y con los porteros como protagonistas
El partido comenzó con ritmo y cierta ambición ofensiva por parte de ambos equipos. La primera oportunidad clara llegó pronto, al minuto 11, cuando Rubén del Campo quedó de frente al arco y sacó un disparo potente que parecía el 1-0. Sin embargo, Humberto 'Gansito' Hernández, uno de los guardametas más experimentados y determinantes del circuito, respondió con una atajada espectacular, manteniendo con vida a los visitantes y estableciendo la narrativa del partido: Morelia insistiría; Irapuato resistiría.
Poco después, el partido se ensució. Las faltas comenzaron a aparecer alrededor del minuto 27, cortando el ritmo y trabando el duelo. Cada centro, cada balón dividido y cada recuperación se disputó al límite, en un choque donde nadie regaló espacio.

Aun así, el cierre del primer tiempo fue de Irapuato. Con transiciones rápidas y movimientos bien sincronizados, la Trinca generó dos ocasiones peligrosas: primero al 33’, con un disparo de Jassiel Ruiz que exigió la intervención del arquero local; y después al 42’, con una chilena de Juan Pucheta, que rozó el travesaño y silenció momentáneamente a la grada.
El 0-0 llegó al descanso, pero ambos equipos sabían que aún quedaba mucho por jugar.
Morelia presiona, Irapuato aguanta… y el cero nunca se rompe
En el complemento, Morelia adelantó líneas y asumió por completo el rol de protagonista. Con mayor posesión y empuje, buscó generar peligro por los costados y con disparos de media distancia. La Trinca, fiel a su estilo, retrasó líneas, se agrupó y esperó el error rival para contragolpear.
La ocasión más clara del segundo tiempo llegó al minuto 84, cuando Vivas conectó un disparo lejano que se fue por encima del arco fresero. Fue un suspiro que recorrió las gradas, una ilusión que se desvaneció en su punto más alto.

En tiempo añadido, al 90+3’, Irapuato estuvo a nada de dar un golpe de autoridad con una jugada a balón parado, pero tampoco pudo romper el cero. Fue la última escena de una batalla táctica, física y emocional que terminó sin goles, pero con mucha tensión acumulada.
El silbatazo final dejó un Estadio Morelos con aplausos tibios y rostros serios: Morelia hizo el desgaste, pero no logró sacar ventaja.
La vuelta: un reto monumental para Morelia en territorio fresero
El empate 0-0 tiene una lectura clara: Irapuato ahora es dueño del destino de la serie.
El partido de vuelta se disputará en el Estadio Sergio León Chávez, donde la Trinca tendrá el apoyo de su gente y la ventaja de la posición en la tabla. Eso significa que cualquier empate les basta para avanzar a la gran Final.

Morelia, por el contrario, está obligado a ganar sí o sí en condición de visitante. No hay margen de error. No hay red de seguridad.




