Argentina, te quisiste burlar de México, pero terminaste engañado por tu soberbia y superado por el orgullo mexicano, que cuando lo picas, es imparable si se lo propone. Te ganamos en el juego en el que te creíste el mejor. Nuestros chicos te dieron una dura lección mundial en futbol.
Te quisiste burlar con El Chavo, pero olvidaste que nos hace reír con sólo pensarlo, que nuestro humor es a prueba de todo. De t-o-d-o. Eres tan fan del ingenio mexicano que te terminó engañando: en lugar de ser mofa, nos impulsaste. Nos salimos con la nuestra.
Pensaste antes en el menosprecio a tu rival, ¡en fase eliminatoria de un Mundial! En vez de jugar en la cancha, elegiste hacerlo con el honor, te metiste con lo nuestro y eso se paga caro ante un mexicano. Siempre.
Entonaste las palabras de aliento de toda la vida, pero se te olvidó cantarlas desde el alma. Y escuchaste aquel Cielito Lindo que nos infla el pecho ante el mundo, recordaste lo que es amar y defender a tu tierra. Aprendiste la lección más dura: un mexicano se crece y nunca se raja cuando hay que defender lo nuestro.
