El 22 de marzo de 2010, Paulette Gebara Farah, una niña de cuatro años con discapacidad motriz y del habla, desapareció de su habitación en Interlomas, Estado de México. Nueve días después, su cuerpo fue localizado entre el colchón y la base de su cama, dentro de su propio cuarto. La versión oficial indicó que murió por asfixia accidental, pero las inconsistencias marcaron el inicio de una de las investigaciones más cuestionadas del país.

“No fue un accidente”: Aldo Farah Navarro
Quince años después, Aldo Farah Navarro, primo de la menor, declaró públicamente que el caso nunca se esclareció.
“No fue un accidente, y el trato que se les dio a mis tíos fue preferencial desde el principio”, afirmó.
El joven aseguró que existieron irregularidades en las diligencias iniciales y que la versión oficial no corresponde con las condiciones físicas de la menor, quien requería ayuda para moverse o subir a la cama.

El hallazgo que dejó dudas
El cuerpo de Paulette fue hallado el 31 de marzo de 2010, después de múltiples inspecciones al mismo domicilio. Peritos federales determinaron “asfixia mecánica por obstrucción de vías respiratorias y compresión toracoabdominal”, pero las circunstancias del hallazgo —dentro de una recámara previamente revisada— generaron sospechas y críticas a la entonces Procuraduría mexiquense.
Familiares piden reabrir el caso
El primo señaló que la investigación se cerró apresuradamente y que el entorno familiar influyó en el trato de las autoridades.
“La injusticia le tocó a ella. A Paulette no se le hizo justicia ni se investigó como debía”, dijo.
Estas declaraciones reavivan la exigencia de colectivos y familiares para reabrir el expediente, que fue archivado oficialmente en 2010.

Un expediente marcado por la controversia
Durante años, el caso Paulette fue objeto de peritajes contradictorios y versiones enfrentadas entre autoridades locales y federales. Los padres, Lizette Farah y Mauricio Gebara, fueron investigados brevemente, pero nunca enfrentaron cargos. La opinión pública cuestionó el manejo mediático del suceso y la falta de responsabilidad penal.

Impacto social y mediático
El caso fue uno de los primeros en transmitirse casi en tiempo real por televisión y redes sociales, lo que generó una enorme presión sobre las autoridades. Quince años después, se mantiene como un símbolo de impunidad, encubrimiento y fallas en la justicia mexicana. Diversos especialistas consideran que la revisión del expediente podría arrojar nueva luz sobre las irregularidades iniciales.
¿Podría reabrirse el caso?
Hasta el momento, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México no ha emitido postura sobre una reapertura. Sin embargo, la difusión de los testimonios de Aldo Farah Navarro podría motivar una revisión del caso bajo los nuevos criterios de derechos de la infancia y acceso a la justicia.

Una herida que no cierra
El nombre de Paulette Gebara Farah sigue presente como recordatorio de un caso que el país nunca logró explicar. Su historia representa la deuda pendiente de un sistema judicial que, a 15 años, aún no ha podido ofrecer una respuesta definitiva sobre lo que realmente ocurrió aquella noche de marzo de 2010.





