Joaquín Guzmán López, uno de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán y miembro de la facción conocida como Los Chapitos, se declaró culpable este 1 de diciembre de 2025 ante una corte federal en Chicago. Durante la audiencia, reconoció su participación en una operación internacional de tráfico de drogas encabezada por dicha organización criminal, responsable del envío de sustancias como fentanilo y metanfetamina hacia Estados Unidos.
En su declaración, Guzmán López también aceptó haber colaborado en la captura y entrega de Ismael “El Mayo” Zambada, figura histórica del Cártel de Sinaloa. Según su testimonio, Zambada fue privado de la libertad en 2024 y posteriormente trasladado a territorio estadounidense, donde quedó bajo custodia federal. Este dato, confirmado por documentos judiciales y por la audiencia de este lunes, marca uno de los giros más relevantes en la historia reciente del narcotráfico en México.
El hijo de “El Chapo” admitió además haber participado directamente en decisiones operativas de Los Chapitos, grupo que tomó notoriedad tras la extradición de su padre. Su confesión formal lo coloca ahora como un “testigo colaborador” del gobierno estadounidense, lo que implica que brindará información sobre la estructura y el funcionamiento interno del cártel.
¿Qué consecuencias tendrá esta declaración para el Cártel de Sinaloa?
La aceptación de culpabilidad por parte de Joaquín Guzmán López representa un golpe severo para Los Chapitos, que en menos de dos años han visto caer a dos de sus principales figuras: primero Ovidio Guzmán López, detenido y extraditado en 2023 y posteriormente declarado culpable en 2025; y ahora Joaquín, quien también optó por colaborar con las autoridades de Estados Unidos. Este doble debilitamiento deja a la facción con menos poder operativo y político dentro del cártel.
La revelación sobre la entrega de “El Mayo” Zambada, un líder legendario que durante décadas evitó ser capturado, ha abierto un escenario de incertidumbre dentro del crimen organizado. La traición interna podría desencadenar reacomodos violentos o la fragmentación de estructuras que habían permanecido estables desde los años noventa. Analistas señalan que, de confirmarse nuevas colaboraciones de otros miembros, el cártel podría entrar en una de sus mayores crisis internas.
Por su parte, autoridades estadounidenses consideran que la cooperación de Guzmán López será clave para identificar rutas, operadores financieros, contactos internacionales y redes logísticas del narcotráfico. Su testimonio, combinado con el de otros colaboradores recientes, podría acelerar investigaciones y reforzar procesos judiciales en curso.
Se espera que en los próximos meses la corte federal determine la sentencia que enfrentará Joaquín Guzmán López. Aunque aún no hay una cifra oficial, expertos señalan que su disposición a colaborar podría reducir significativamente la pena inicial que enfrentaría por los delitos que admitió. Mientras tanto, el caso ya se perfila como uno de los episodios más trascendentes en la caída del imperio criminal heredado por “El Chapo”.
