La prevención de enfermedades respiratorias ha tomado mayor relevancia en México, especialmente ante el impacto que estas infecciones pueden tener durante la temporada invernal. En este contexto, la vacuna contra el virus sincicial respiratorio (VSR) se ha convertido en una nueva herramienta de protección enfocada en los grupos con mayor riesgo de complicaciones.
El VSR es un virus común que puede infectar a personas de todas las edades, pero no afecta a todos por igual. Mientras que en adultos jóvenes y sanos suele presentarse como una infección leve, en otros sectores de la población puede derivar en cuadros graves que requieren atención hospitalaria.

La autorización de esta vacuna por parte de Cofepris representa un avance en salud pública, ya que permite fortalecer las estrategias de prevención antes de los meses en los que el virus circula con mayor intensidad.
¿Qué es el virus sincicial respiratorio y por qué es un riesgo?
El virus sincicial respiratorio es una de las principales causas de infecciones respiratorias en bebés menores de un año. Afecta principalmente las vías respiratorias inferiores y puede provocar bronquiolitis o neumonía, sobre todo durante otoño e invierno.
En los primeros meses de vida, el sistema inmunológico de los bebés aún no está completamente desarrollado, lo que hace que la infección avance con mayor rapidez. En adultos mayores, el VSR también puede causar complicaciones severas, especialmente cuando existen enfermedades crónicas como diabetes, padecimientos cardíacos o problemas pulmonares.

Aunque la mayoría de las personas supera la infección sin mayores consecuencias, en estos grupos vulnerables el riesgo de hospitalización y complicaciones aumenta de manera considerable.
¿Quiénes deben aplicarse la vacuna contra el VSR en México?
La vacuna contra el VSR no está diseñada para una aplicación universal. Su uso está dirigido a grupos específicos, donde el beneficio de la inmunización es mayor que el riesgo.

Uno de estos grupos son las mujeres embarazadas, a quienes se recomienda la vacunación entre las semanas 32 y 36 de gestación. Esta estrategia permite que la madre transfiera anticuerpos al bebé a través de la placenta, brindándole protección durante sus primeros meses de vida.
Otro grupo prioritario son los adultos mayores, en especial aquellos que viven con enfermedades crónicas. En ellos, una infección por VSR puede desencadenar neumonía, bronquitis severa o descompensaciones que requieren hospitalización.
En el caso de bebés y lactantes, la protección puede lograrse mediante la vacunación materna o a través de otras estrategias preventivas que deben ser evaluadas por personal médico.





