Después de casi un mes de incertidumbre, el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Honduras confirmó el pasado miércoles a Nasry “Tito” Asfura como presidente electo. El anuncio no tardó en encender la polémica.
“Honduras, estoy preparado para gobernar. No te voy a fallar”, escribió Asfura en X tras la noticia. También reconoció “la gran labor realizada por las consejeras (del CNE) y todo el equipo que llevó a cabo el desarrollo de las elecciones”.

Oposición acusa fraude
Sin embargo, su contrincante, Salvador Nasralla, no solo no reconoció los resultados: denunció un fraude masivo. “Hay miles de actas con esta inconsistencia (...). El problema se resuelve contando los votos que están en las urnas. No sigan engañando al pueblo”.
Minutos después, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, celebró el triunfo del candidato respaldado por Donald Trump: “El pueblo de Honduras se ha pronunciado: Nasry Asfura es el próximo presidente de Honduras”.

De “Papi a la orden” a la presidencia
Asfura, hijo de inmigrantes palestinos, forjó su carrera política en la alcaldía del Distrito Central, que incluye a Tegucigalpa y Comayagüela. Ahí consolidó un estilo pragmático, con más de mil obras públicas, como puentes, pasos a desnivel y drenaje urbano.
Su salto a la fama política llegó con su apodo: “Papi a la orden”, lema que utilizó desde 2005 y que terminó convirtiéndose en su marca registrada.
Tras perder en 2021 ante Xiomara Castro, volvió con fuerza en 2025, ganando las primarias con el 75.8% frente a la exprimera dama Ana García. Desde ahí articuló una campaña centrada en empleo, inversión extranjera, descentralización y una fuerte alianza con Estados Unidos, Taiwán e Israel.

Corrupción, offshore y Papeles de Pandora
Pero su hoja de vida política viene cargada de escándalos. En 2020, la fiscalía lo acusó de malversar 29.4 millones de lempiras entre 2017 y 2018, lo que derivó en una solicitud de antejuicio por delitos como abuso de autoridad, fraude y lavado de activos. El proceso fue frenado por la Corte Suprema.
También se le vinculó a la empresa Sulambiente, beneficiada con contratos millonarios, y apareció en los Papeles de Pandora como accionista de Karlane Overseas, una sociedad offshore en Panamá.
Aunque nada de esto derivó en una condena, los cuestionamientos éticos se acumulan.

La oposición: fraude y golpe de Estado electoral
Nasralla no ha sido el único en levantar la voz. Manuel Zelaya, esposo y principal asesor de Xiomara Castro, denunció que el CNE “consuma otro paso más para un golpe de Estado electoral”. Además, apuntó a la injerencia de Juan Orlando Hernández, expresidente hondureño e indultado por Trump.
Mientras tanto, miles de hondureños siguen esperando una transición democrática real. Y otros, simplemente se preguntan si “Papi” también estará a la orden de la corrupción.





