Un reciente Informe sobre la situación financiera y riesgos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) 2024‑2025, enviado al Congreso, revela que el instituto tiene suficiencia financiera garantizada solo hasta 2032, con reservas que se empezarían a utilizar en 2033‑2036.

A partir de 2037, se anticipa un déficit sostenido, según datos citados por medios como XEU, La Jornada y Vanguardia.
El documento señala que entre 2033 y 2036 las reservas podrían cubrir los gastos, pero para 2037 será insuficiente, dejando al IMSS con una brecha de más de 107,000 millones de pesos pendientes para cumplir obligaciones básicas.
Factores que amenazan su viabilidad
1. Enfermedades crónicas en aumento: en 2024, el IMSS atendió a más de 5 millones de derechohabientes con diabetes y 8 millones con hipertensión, lo que incrementa el gasto médico.
2. Aporte limitado del empleo formal: el crecimiento estimado del empleo en 2025 solo es del 0.6 %, muy inferior al 2 %, lo que reduce los ingresos por cuotas obrero-patronales.
3. Presiones en infraestructura y tecnología médica: proyectos como la construcción de nuevos hospitales y la adopción de tecnología sanitaria avanzada demandan grandes inversiones.

Por qué aún hay tiempo para actuar?
El IMSS mantiene una posición sólida que le permite operar sin déficit inmediato. De hecho, tiene solvencia prevista hasta 2032–2036, gracias a reservas y flujo operativo. No obstante, el informe advierte que sin reformas estructurales, como mejorar contribuciones, optimizar gasto médico, reforzar prevención de enfermedades y fortalecer la recaudación laboral formal, el desbalance se profundizará en los próximos años.

El Instituto Mexicano del Seguro Social sigue siendo vital para millones de mexicanos, pero su horizonte financiero apunta hacia una crisis estructural si no se toman medidas conjuntas hoy. La sostenibilidad del sistema depende de decisiones urgentes en recaudación, salud preventiva y racionalización del gasto público.




