El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presumió que su país incautó un buque petrolero frente a la costa de Venezuela, como parte de su ofensiva contra el gobierno de Nicolás Maduro. Y lo hizo al más puro estilo de reality show, en una mesa redonda con empresarios.
“Acabamos de incautar un petrolero en la costa de Venezuela, un gran buque, muy grande, el más grande jamás incautado, de hecho”, dijo .

El mandatario no explicó por qué, pero aseguró que “fue incautado por una muy buena razón”. Y cuando le preguntaron qué pasaría con el petróleo a bordo, respondió: “asumo que nos quedaremos con él”.
¿Qué buque y bajo qué ley?
El barco incautado, identificado como Skipper, partió de Venezuela el 2 de diciembre con alrededor de 2 millones de barriles de crudo pesado, según documentos de PDVSA. La mitad del crudo era propiedad de una importadora estatal cubana, de acuerdo con información filtrada a la prensa bajo anonimato.

La Guardia Costera de Estados Unidos, con apoyo de la Marina, fue la encargada del operativo. Los oficiales descendieron desde helicópteros enviados desde el portaviones Gerald Ford, armados y listos para la toma.
Así lo muestra un video compartido por la secretaria de Justicia, Pam Bondi, quien escribió que el buque “ha sido objeto de sanciones de Estados Unidos debido a su participación en una red ilícita de envío de crudo que apoya a organizaciones terroristas extranjeras”.

Venezuela, Cuba, Guyana... ¿de quién era el barco?
El Skipper supuestamente se dirigía a Cuba, con el crudo vendido por Cubametales a intermediarios asiáticos. Además, según la autoridad marítima de Guyana, el barco enarbolaba falsamente su bandera, por lo que también piensan tomar acciones legales.
Las autoridades estadounidenses no aclararon cuántos tripulantes había a bordo, su nacionalidad, ni si fueron detenidos.

Trump escala tensiones
Esta incautación se suma a la creciente presión militar de Estados Unidos en la región, con ataques a embarcaciones bajo el argumento —hasta ahora sin pruebas— de que transportan drogas. Desde septiembre, al menos 87 personas han sido asesinadas en estas operaciones, lo que ha provocado críticas del Congreso estadounidense y del Alto Comisionado de la ONU, Volker Turk, quien pidió una “desescalada”.
Mientras tanto, Trump sigue a lo suyo: apropiándose de recursos y presumiendo operativos como si fueran trofeos de campaña. “Otras cosas están sucediendo”, dijo. Y claro, no dio detalles.




