El Metropolitano fue testigo de una tarde de tensión, donde Alexander Sorloth emergió como la figura clave para rescatar un empate valioso para el Atlético de Madrid, que jugó con 10 jugadores desde el minuto 6 tras la expulsión de Pablo Barrios. El partido, que terminó 1-1, estuvo marcado por la garra de los rojiblancos y la lucha del Celta por aprovechar su ventaja numérica.

El encuentro comenzó con un golpe duro para el Atlético. Barrios fue expulsado tras una falta temprana, dejando a su equipo en desventaja durante prácticamente todo el partido. El Celta, sorprendido por el regalo inesperado, no supo cómo reaccionar inicialmente y mostró cautela en lugar de buscar el gol con decisión. Mientras tanto, el Atlético se reorganizó, mostrando firmeza defensiva y buscando oportunidades de contragolpe.
Giuliano Simeone, hijo del técnico Diego Simeone, fue una de las figuras destacadas en la primera parte. Su intensidad y velocidad provocaron la amarilla del central Carlos Domínguez en el minuto 31, lo que llevó al técnico del Celta, Giráldez, a sustituirlo por Mingueza. En los minutos finales de la primera mitad, el Celta comenzó a presionar con más intensidad, poniendo a prueba a Jan Oblak, quien respondió con seguridad bajo los palos.

En el segundo tiempo, el Celta salió con una actitud más ofensiva. Borja Iglesias e Iker Losada entraron al campo, mostrando la intención de Giráldez de buscar los tres puntos. Sin embargo, el Atlético mantuvo su plan: aguantar con firmeza en defensa y esperar su momento para sorprender.
La aparición de Iago Aspas en el campo, tras cinco partidos ausente por lesión, fue un impulso para el Celta. En el minuto 66, Le Normand cometió un pisotón sobre Borja Iglesias dentro del área, lo que resultó en un penalti. Aspas, con la frialdad que lo caracteriza, convirtió el lanzamiento para poner el 0-1 en el marcador.
Con el partido en contra, Diego Simeone agotó sus cambios en el minuto 77, introduciendo a Sorloth, Correa y Gallagher en lugar de Griezmann, De Paul y Giuliano. El Celta parecía controlar el encuentro, pero en un momento de inspiración, Sorloth apareció para cambiar el rumbo. En el minuto 82, el noruego bajó un balón con el pecho en el borde del área y conectó un potente disparo con el pie derecho que se coló en la portería de Guaita. El gol del empate desató la euforia en el Metropolitano.