La ciudad de Irapuato fue testigo de una noche inolvidable, donde la pasión por el futbol se desbordó dentro y fuera del campo. En el partido de Ida de la gran Final entre el Club Irapuato y los Aguacateros de Peribán, de la Liga Premier, el ambiente fue tan intenso como el propio encuentro. La Trinca Fresera se impuso con un sólido 2-0 en el marcador, pero no sin episodios de tensión, interrupciones por parte del público y una actuación policial que marcó la jornada.
Desde tempranas horas, los fieles seguidores del Irapuato comenzaron a reunirse en los alrededores del Coloso de la Guerrero. Aunque la directiva recomendó llegar con antelación para evitar aglomeraciones, los verdaderos aficionados comenzaron a hacer fila desde las 4:00 p. m., en busca del mejor lugar para alentar a su equipo.
El ingreso masivo inició pasadas las 5:00 p. m. y, minutos antes del silbatazo inicial, el estadio ya lucía una imponente entrada con más del 80% de su capacidad ocupada. Las gradas se pintaron de azulgrana con camisetas, banderas y globos ondeando al ritmo de cánticos y tambores. En contraste, el espacio asignado a la porra visitante quedó prácticamente vacío, reflejo del dominio local tanto en lo anímico como en lo territorial.

TENSIÓN, GOLES Y DISTURBIOS: UNA FINAL MARCADA POR EL DRAMATISMO
Desde el pitido inicial, ambos equipos protagonizaron un duelo parejo, pero fue Irapuato quien se mostró más incisivo. La intensidad del juego fue tal que, al minuto 35, el partido se detuvo luego de que aficionados lanzaran objetos hacia la banca de Aguacateros. Uno de ellos habría impactado al técnico Marco Antonio Angulo, quien irrumpió en el campo exigiendo sanciones y protección.
La pausa no desmotivó al conjunto fresero. Casi al final del primer tiempo, Iván'Ronco' Hernández aprovechó una jugada bien construida para abrir el marcador al minuto 44. El estadio explotó en júbilo; el gol desató un rugido colectivo que se sintió en cada rincón de la ciudad.
La segunda mitad trajo consigo más momentos críticos. Entre los minutos 50 y 57, se repitió la escena de proyectiles desde las gradas. Las fuerzas de seguridad tuvieron que formar un muro humano con escudos para proteger a los visitantes. La tensión se elevó, pero el futbol no se detuvo.
Fue el mismo Iván Hernández, la figura indiscutible de la noche, quien selló la victoria con su doblete al minuto 84. Con el 2-0 en el marcador, los más de 20 mil asistentes estallaron nuevamente en celebración. El árbitro decretó el final del partido y la ciudad entera se rindió ante su equipo.
Lamentablemente, el encuentro cerró con un episodio poco deseable: por motivos de seguridad, los jugadores de Aguacateros tuvieron que permanecer en el campo durante más de diez minutos hasta que se habilitó un túnel de salida bajo resguardo policial. Las escenas recordaron a los desafíos que enfrentan los clubes mexicanos en materia de control del público y seguridad en los estadios.
IRAPUATO DA EL PRIMER GOLPE EN LA FINAL, PERO LA BATALLA AÚN NO TERMINA
Con esta victoria, Irapuato toma una importante ventaja en la serie, aunque aún queda el partido de vuelta. El ambiente, la intensidad, y el nivel de futbol demostrado presagian una definición igual de vibrante. Mientras tanto, las autoridades y la liga deberán tomar medidas para garantizar la seguridad de todos los involucrados en la contienda decisiva.

La Trinca Fresera no solo se llevó el triunfo en la cancha, sino también en el corazón de una ciudad que respira futbol.




