El Borussia Dortmund quedó fuera de la DFB Pokal tras caer por 0-1 ante un Bayer Leverkusen práctico, sólido y extremadamente eficaz en ambas áreas. En un Signal Iduna Park apagado por la impotencia, el conjunto de las Aspirinas impuso su estilo y aprovechó la única gran ocasión clara del partido para avanzar a los Cuartos de Final de la competición.
El Dortmund, pese a dominar la posesión con un 58%, no logró transformar su iniciativa en peligro real. Leverkusen, por su parte, necesitó muy poco para castigar los errores locales. La historia del encuentro fue un choque entre control sin profundidad de los de Terzić y la contundencia quirúrgica del líder de Alemania.

Leverkusen golpea primero y administra la ventaja
El partido se destrabó a los 34 minutos con el gol de Ibrahim Maza, que silenció al estadio tras culminar una jugada rápida y precisa del Leverkusen. El tanto cayó como un cubo de agua fría para un Dortmund que hasta ese momento manejaba la pelota pero no encontraba manera de romper la estructura defensiva rival. El VAR anuló más tarde un segundo gol de Martin Terrier al 61’, lo que impidió que el encuentro se decantara aún más.
Leverkusen no necesitó mucho más que ese golpe inicial. Con orden y líneas compactas, obligó al Dortmund a atacar siempre por fuera, lejos de zonas de peligro. Sin córners, sin remates limpios y apenas dos tiros a puerta, el local chocó constantemente contra un muro. El equipo de Xabi Alonso, fiel a su libreto, transformó cada recuperación en amenaza y administró el ritmo del partido a su antojo.

Un Dortmund sin ideas ante un rival implacable
El conjunto aurinegro protagonizó una de sus noches más frustrantes de la temporada: posesión estéril, poca movilidad y demasiada distancia entre sus líneas ofensivas. Aunque acumuló 12 disparos, solo cuatro fueron a puerta, y ninguno generó verdadero temor en la portería rival. La falta de claridad en los metros finales terminó por condenar a un Dortmund que se despide prematuramente de una competición que aspiraba a pelear.
Leverkusen, en cambio, confirmó una vez más su madurez competitiva. No solo supo cuándo acelerar y cuándo frenar, sino que además fue impecable en defensa, sin permitir un solo saque de esquina y forzando al Dortmund a jugar siempre incómodo. El 0-1 refleja no solo la superior eficacia visitante, sino también la diferencia de convicción entre ambos. Leverkusen sigue en carrera; Dortmund, otra vez, se queda a mitad de camino.





