Gales afronta una noche crucial en el Cardiff City Stadium, donde cada punto puede cambiar el destino de la clasificación rumbo al Mundial 2026. El equipo de Craig Bellamy llega a esta décima jornada del Grupo J con la urgencia de sumar tres unidades que mantengan viva la esperanza del Repechaje e incluso la remota posibilidad del pase directo. La presión recae sobre los Dragones, que han mostrado una evolución paulatina durante la eliminatoria, pero aún con altibajos que los mantienen en plena batalla matemática.
El triunfo por 1-0 ante Liechtenstein en la fecha nueve dejó sensaciones positivas, sobre todo por el carácter con el que resolvieron un partido trabado. Jordan James se convierte en protagonista de una selección que apuesta por intensidad, presión alta y transiciones rápidas. En redes sociales, la afición galesa se muestra confiada, recordando que su equipo suele crecer en casa y que este partido puede marcar un punto de inflexión.
Enfrente aparece Macedonia del Norte, un rival directo y con la misma cantidad de puntos, pero con mejor diferencia de goles. El Lince Rojo llega tras igualar 1-1 frente a Kazajistán, un resultado que les permite mantenerse segundos del grupo. Enis Bardhi vuelve a ser pieza determinante en un equipo que combina solidez defensiva y creatividad en el último tercio del campo. Su objetivo es simple: sumar, aunque sea un empate, para asegurar el repechaje.
Biagoja Milevski, técnico macedonio, mantiene un discurso prudente pero ambicioso. En sus declaraciones recientes, afirmó que su selección se siente preparada para un escenario adverso como el de Cardiff y que la prioridad es competir con orden. Sin embargo, un triunfo combinado con una derrota de Bélgica podría abrirles inesperadamente la puerta hacia el boleto directo, un sueño que la afición no deja de comentar en plataformas digitales.
Cardiff se convierte en un campo de presión máxima
Con ambos equipos empatados en puntos y con aspiraciones legítimas, el partido adquiere tintes de final. La atmosfera en Cardiff promete ser eléctrica, con los seguidores galeses llenando el estadio y empujando desde el primer minuto. Bellamy ha insistido en que su equipo debe mantener equilibrio emocional, sabiendo que un error puede costar toda la eliminatoria.
Macedonia, consciente del peso ambiental, se prepara para un duelo defensivo intenso, tratando de aprovechar las pocas oportunidades que generen. La solidez del Lince Rojo fuera de casa es uno de los puntos que más preocupa al cuadro local, pues los visitantes suelen adaptarse bien a contextos de alta presión. La clave estará en el ritmo del partido: si Gales logra imponer velocidad, tendrá más posibilidades; si Macedonia lo vuelve un choque táctico, la balanza puede inclinarse hacia ellos.




