El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, declaró el pasado viernes en calidad de testigo en la investigación del conocido como Caso Negreira, que actualmente se encuentra en fase de instrucción. Su comparecencia se enmarca dentro de las diligencias que tratan de esclarecer los pagos realizados durante años al exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, José María Enríquez Negreira.
Laporta no fue el único en prestar declaración, ya que también comparecieron como testigos los exentrenadores azulgranas, Ernesto Valverde y Luis Enrique Martínez. Ambos lo hicieron por videoconferencia. Las declaraciones han salido a la luz a través del programa El Larguero de la Cadena SER, que ha publicado audios de las comparecencias.
Según dichos audios, la declaración de Laporta tuvo una duración aproximada de 54 minutos. En ella, el presidente explicó los motivos de los pagos realizados tanto a Enríquez Negreira como a su hijo, Javier Enríquez, durante su primer mandato al frente del club. “El área deportiva era la receptora de estos análisis. Los informes los hacía el hijo de Negreira”, afirmó.
Laporta señaló además que este tipo de servicios ya existían antes de su llegada a la presidencia y que procedían de etapas anteriores. “Era antes de nuestra presidencia, venía heredado”, declaró en referencia al mandato de Joan Gaspart, subrayando que la práctica no se inició bajo su gestión.
En su testimonio, el presidente azulgrana explicó que el club decidió mantener dichos pagos tras ser informado de la existencia de un “servicio técnico arbitral de asesoramiento”. “Decidimos seguir pagando porque consideramos que para el área deportiva era útil este servicio”, detalló, justificando así la continuidad del desembolso económico.
Laporta también defendió la cuantía abonada a lo largo de los años. “Todo lo que aquí se ha dicho es que se han pagado 7,3 millones en 18 años. Contextualicémoslo. No me parece tan caro para estos servicios, que son servicios importantes, útiles para el área deportiva”, afirmó. Asimismo, recalcó que “no conocía a Negreira ni a su hijo”.
Durante su declaración, el máximo dirigente del Barça negó de forma tajante cualquier intento de influir en la competición. “El club azulgrana no ha realizado nunca ninguna intervención que quisiera alterar la competición y alterar la ventaja competitiva para el Barcelona”, sostuvo ante el instructor del caso.
Por último, Laporta aseguró que todo el proceso forma parte de una estrategia para dañar la imagen del club. “Es evidente que es una campaña orquestada para intentar afectar la reputación del Barça”, afirmó, antes de concluir que “no se va a conseguir oscurecer esta etapa del Barça, que se convirtió en una referencia mundial por cómo ganó y cómo jugó”.
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