"Mi madre le echaba agua a la leche, ahí entendí que no teníamos dinero": Romelu Lukaku

Lukaku pasó carencias en el pasado
Lukaku pasó carencias en el pasado | MexSport

La historia de Romelu Lukaku no solo está marcada por sus goles y su fuerza dentro del área, sino por una infancia llena de carencias y sacrificios. El delantero belga, hoy una de las grandes figuras del futbol mundial, vivió momentos de profunda pobreza que marcaron su carácter y forjaron la determinación que lo llevó a convertirse en uno de los atacantes más respetados del planeta.

En una carta publicada en The Players Tribune, el exatacante del Anderlecht, Chelsea, Manchester United, Inter de Milán y hoy en día de Napoli, recordó con crudeza los días más difíciles de su niñez. "Llegué a casa y entré en la cocina y vi a mi madre en el refrigerador con la caja de leche, como de costumbre. Pero esta vez estaba mezclando algo con eso. Ella estaba sacudiendo todo, ¿sabes? No entendí lo que estaba pasando”, relató.

Lukaku jugando el Mundial de 2022 | MexSport

Fue entonces cuando el pequeño Romelu descubrió la verdad. "Ella estaba mezclando agua con la leche. No teníamos suficiente dinero para hacerla durar toda la semana. Estábamos en la ruina. No solo pobres, sino quebrados". Ese día, con apenas seis años, el futuro goleador de la Selección de Bélgica entendió que debía cambiar su destino. "Le pregunté a mi padre a qué edad podía ganar dinero, y me dijo: 'Desde los 16'. Ese día decidí que sería el mejor jugador de la historia de mi país".

De la miseria al sueño

Los primeros años de Lukaku estuvieron marcados por la extrema pobreza. Su padre, un exfutbolista del Congo que no logró estabilidad económica, y su madre, una ama de casa que luchaba por alimentar a sus hijos, hicieron todo lo posible para salir adelante. “A veces llegaba a casa y no había luz. Pasábamos semanas sin electricidad. Mi madre calentaba agua en una tetera para que pudiéramos bañarnos”, recordó el jugador.

Lukaku en su etapa con Chelsea | MexSport

Incluso sin televisión, el pequeño Romelu soñaba con ser profesional. “Me perdí diez años de la Champions League porque no podíamos pagar la señal. En la escuela todos hablaban de los partidos, y yo no tenía idea de lo que había pasado”, contó. Pero lejos de rendirse, usó esas carencias como motivación para trabajar más duro que nadie.

La promesa que lo cambió todo

Su motivación también nació del dolor. Cuando tenía 12 años, su abuelo, a quien consideraba un segundo padre, lo llamó desde el Congo para felicitarlo por sus primeros goles, pero le dejó un último encargo: “Cuida a mi hija”. Días después, el hombre falleció, y Romelu le prometió a su madre que algún día sería una estrella y que nunca más pasarían hambre.

Las cosas mejoraron para Lukaku | MexSport

A los 15 años, Lukaku ya era el máximo goleador del equipo Sub-19 del Anderlecht; a los 16, debutó en el primer equipo y firmó su primer contrato profesional. En 2012 llegó al Chelsea, más tarde brilló en el Everton, el Manchester United, el Inter de Milán y el Napoli, demostrando que su ambición no era un capricho, sino el resultado de años de lucha.

Hoy, Lukaku recuerda con orgullo aquellos días difíciles que moldearon su carácter. “Nunca olvidaré lo que vivimos. Cada vez que piso la cancha, juego por mi madre, por mi familia y por ese niño que vio cómo su mamá mezclaba agua con leche para que él pudiera desayunar”.

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Lukaku actualmente juega en la Serie A | Google

Su historia se ha convertido en un símbolo de superación y resiliencia, recordando que detrás de cada éxito deportivo hay un pasado de sacrificio. De aquel niño que no tenía luz ni televisión, emergió un líder que llevó a Bélgica a lo más alto y que sigue inspirando a millones con su ejemplo de humildad, trabajo y determinación.