Con la victoria de Argentinos Juniors sobre Belgrano y la derrota de Deportivo Riestra frente a Independiente, el panorama de River Plate rumbo a la Copa CONMEBOL Libertadores quedó definido a falta de una fecha para el cierre de la fase de grupos del Torneo Clausura. El equipo dirigido por Marcelo Gallardo mantiene la ilusión de volver a disputar el máximo certamen continental, aunque las combinaciones de resultados lo obligan a mirar de reojo lo que ocurra con sus rivales directos.
En principio, el “Millonario” depende de sí mismo solo en un escenario: consagrarse campeón del Torneo Clausura. Para eso, primero deberá asegurarse un lugar en los octavos de final venciendo a Vélez en la última jornada, y luego avanzar con éxito en los playoffs, donde todas las llaves las jugaría como visitante debido a su posición en la tabla.
Este camino, el más directo, pero también el más exigente, no solo implicaría un desafío deportivo, sino también una revancha emocional. River no gana en Liniers desde 2019, y su rendimiento fuera del Más Monumental ha sido irregular en las últimas fechas. Aun así, Gallardo confía en la jerarquía de su plantel para revertir la tendencia y sostener viva la esperanza de una nueva Libertadores.
La segunda opción para los de Núñez es finalizar terceros en la tabla anual. Esa posición les permitiría acceder a la segunda fase previa del certamen continental, desde donde deberían superar dos series eliminatorias para llegar a la fase de grupos. Sin embargo, este escenario no depende exclusivamente de River, lo que añade un componente de incertidumbre.
Para alcanzar ese objetivo, River necesita ganar ante Vélez y esperar que Argentinos Juniors pierda su encuentro ante Estudiantes en La Plata. Si el “Bicho” empata, el desempate se definirá por diferencia de gol, rubro en el que los de La Paternal tienen ventaja. Esta combinación de resultados mantiene en vilo a los hinchas, que mirarán ambos partidos con calculadora en mano.
La tercera alternativa, la menos favorable, pero aún posible, es mantenerse en la cuarta posición de la tabla anual. Este puesto asegura la clasificación a la Copa Sudamericana, aunque podría convertirse en pasaje a la Libertadores si uno de los equipos ubicados por encima en la general se consagra campeón del Clausura. En ese caso, River accedería indirectamente al torneo más prestigioso del continente.
No obstante, esta vía implica depender completamente de otros resultados, una situación incómoda para un equipo acostumbrado a ser protagonista. Gallardo ha repetido en conferencia que su meta es “mantener el espíritu competitivo” y pelear hasta el final, pero los márgenes son estrechos y cualquier tropiezo podría condenarlo a un 2026 sin Libertadores por primera vez en once años.
Con todos los escenarios sobre la mesa, River afronta la última fecha con una mezcla de presión y esperanza. La historia reciente le ha enseñado que los milagros son posibles, pero también que la exigencia en Núñez no permite relajarse. Liniers será el escenario donde el equipo definirá si sigue soñando con la gloria continental o si deberá conformarse con un consuelo sudamericano.
